Impuesto a super ricos

Un incremento de impuestos a la clase llamada “super ricos” es una medida razonable si tomamos en cuenta que este grupo contribuye, en términos relativos, menos que las clases medias.

El presidente Barack Obama clama justicia. Por eso dentro de su paquete económico incluyó un incremento de los impuestos a los ricachones del país.

A pesar de lo razonable de la medida, muchos republicanos, particularmente aquellos que enarbolan la bandera del Tea Party, la están condenando y le están dando nombres estigmatizantes para tratar de crear impopularidad en seno de la población electoral.

“Obama está creando una lucha de clases”, repiten los republicanos.

Sin embargo, las críticas de los republicanos son palabras que se pierden en el vacío político. Una gran mayoría del electorado nacional, cansado de experimentar en carne propia los desgarros de la crisis económica, ve con desagrado la subsistencia de las políticas pro-capitalistas del ex presidente George W. Bush.

Las prebendas que logró la Administración Bush en beneficio de los superricos todavía son parte del actual sistema de impuestos.

Como resultado de dichas medidas, la brecha entre los que tienen y los que no tienen, o los que tienen muy poco, se ha incrementado notablemente durante las últimas décadas.

Mientras los ricos disfrutan sus ganancias, las mayorías padecen por la falta de dinero. La llamada clase-media, que es sinónimo de estabilidad económica y progreso, ha perdido su poder adquisitivo. Recientemente un porcentaje grande de este grupo se ha visto afectado por los descalabros de la crisis económica y se ha ido rezagando hasta sucumbir dentro de los estratos de clase baja.

Así, el nivel de pobreza se ha incrementado. Estados Unidos es considerado el país más rico del universo; sin embargo, su población está al borde del nicho de la precariedad económica. 13% de la población vive en la pobreza. Uno de cuatro niños vive en hogares donde la escases de comida es un problema sistémico.

De acuerdo a algunos datos publicados por el periódico La Opinión, existe cerca de 30.7 millones de niños –el 42% del total- que viven dentro de familias de bajos ingresos, quienes, por algún motivo no alcanzan a proveer con las necesidades alimentarias suficientes.

Asimismo, adolecen de seguro médico, no crean excedente para un ahorro familiar y no tienen recursos para la inversión.

El 1% de los más ricos del país acumuló 35% de la riqueza en 2007. Este mismo porcentaje percibe 23% del total del ingreso nacional actualmente. Es decir, por cada $100.00 que genera el país, $23.00 va directo a los bolsillos de los ricachones. La riqueza de esta gente rica –magnates del petróleo, inversionistas de Wall Street, etc.- no se traduce en trabajos y en la diversificación de la economía, sino que se atesora o se pierde en el despilfarro degenerado.

En este sentido, los impuestos planteados por la Casa Blanca son medidas necesarias para que el Estado genere más dinero y para corregir un error brutal de la Administración Bush.

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