La balanza nivelada

Una Serie Mundial inédita y sin un claro favorito

NUEVA YORK (AP).- Los parámetros de lo imprevisible han sido una rutina en el último mes de las Grandes Ligas.

Entonces, nadie debe reaccionar sorprendido por la presencia de los Rangers de Texas y los Cardenales de San Luis en la Serie Mundial.

¿Se acuerdan del pasado invierno cuando se hablaba de que los Medias Rojas de Boston y los Filis de Filadelfia habían hecho reservas anticipadas para verse las caras en la Serie Mundial?

Eso quedó en nada. Ni la mega rotación abridora de Filadelfia ni la mentada súper ofensiva de Boston pudieron evitar sus debacles, los primeros al caer en la serie divisional ante San Luis y los segundos al sufrir un derrumbe sin precedentes en el último mes de la campaña.

Los Yanquis de Nueva York y su nómina de 200 millones tampoco pudieron alzar vuelo, y los campeones vigentes Gigantes de San Francisco ni siquiera pudieron clasificarse a la postemporada.

Es así que el Clásico de Otoño que arranca mañana en el Busch Stadium de San Luis enfrenta a dos equipos con una rivalidad casi nula.

La única vez que se han medido previamente fue durante una serie interligas de tres juegos en 2004. Estos dos clubes, además de los Mets-Medias Blancas, son los que menos veces se han enfrentado entre sí en la historia.

Después de sucumbir mansamente en cinco juegos ante los Gigantes en la Serie Mundial del año pasado, el propósito de la temporada para los Rangers fue volver en octubre.

Ganar una cantidad récord de 96 juegos en la temporada regular no sorprendió a nadie. Los Rangers son apenas la cuarta franquicia de la Liga Americana en las últimas cuatro décadas que repite en el clásico en años consecutivos, emulando a los Yanquis, Azulejos y Atléticos.

“El resultado de la Serie Mundial nos dejó muy mal. Quedamos con la sensación que podríamos haber hecho algo mejor de lo que fue”, dijo el mánager Ron Washington.

Pero San Luis no aparecía en ningún radar, sobre todo desde que en la misma pretemporada perdieron a su as Adam Wainwright por una lesión en el codo. Su mánager Tony La Russa llegó a temer que terminarían por debajo de .500.

Situados a 10 juegos y medio atrás de los Bravos de Atlanta por el wild card de la Liga Nacional al 25 de agosto, los Cardenales eran un equipo que cargaba una especie de certificado de defunción.

Ganaron el comodín en el último día de la campaña regular, derribaron a Filadelfia en cinco juegos y luego despacharon a Milwaukee, el conjunto que le superó cómodamente por el título en su División Central.

“Creo que esta es la situación más excepcional y rara que me ha tocado”, dijo La Russa, quien va en busca de un tercer campeonato.

Los dioses del beisbol han juntado a dos equipos que nadie tiene la osadía de marcar un gran favorito.

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