La crisis económica impacta la seguridad

En LA ha habido reducciones en programas antipandillas

Con unas 30,000 vacantes en corporaciones policiacas, casi 12,000 agentes despedidos y otros 28,000 sometidos a días de descanso sin pago, el año 2011 podría cerrar con el primer descenso de personal en las fuerzas del orden del país de los últimos 25 años.

Los Ángeles sería la excepción, pero a costa de dolorosas reducciones en programas antipandillas, inversiones en tecnología y cubriendo plazas civiles con policías que antes patrullaban las calles.

Es el efecto de la devastación fiscal por la que aún atraviesan los gobiernos locales, que está pasando la factura a sus residentes. Al menos un cuarto de los municipios han cortado el presupuesto destinado a la seguridad pública y con ello la habilidad de responder a las llamadas de emergencia en sus comunidades.

Según la Oficina de Servicios Policiacos Orientados a la Comunidad (COPS) del Departamento de Justicia (DOJ), las agencias del orden han tenido que modificar la manera de proteger sus vecindarios como consecuencia de la crisis económica. En otras palabras, cuando alguien llama al servicio de emergencias 911 la atención demora o incluso nunca llega.

En un reporte, la entidad revela que algunos departamentos policiacos han dejado de responder a todos los robos de coches, alarmas en casas y negocios, y choques automovilísticos sin lesionados. También realizan menos investigaciones por robo a propiedad, búqueda de prófugos, delitos de cuello blanco y casos de narcóticos de bajo nivel.

COPS, que canaliza los fondos federales a dichas corporaciones, expone que además están reduciendo sus inversiones en tecnología y equipos de comunicación, así como en la capitación de sus cada vez menos elementos (el 53% de los condados tiene menos personal hoy que hace apenas un año).

“Debido a que los departamentos de policía en todo el país enfrentan recortes de presupuesto, y por lo tanto limitan sus recursos y nivel de personal, las estrategias policiales en la comunidad son esenciales para mantener la eficacia de los servicios de seguridad pública dentro de esta economía cambiante”, indicó Bernard Melekian, director de COPS, en un comunicado.

Los Ángeles ha tratado de usar la imaginación para no dejar desprotegidos a sus residentes, por la colocación de agentes en puestos administrativos, un recorte de 100 millones de dólares de su presupuesto actual y por el plan de traspaso de reos de cárceles estatales a prisiones del condado, que además delega su supervisión al cumplirse las sentencias.

Por esto último, el departamento planea sacar de las calles a unos 150 uniformados para confiarles la tarea de supervisar a las personas bajo libertad condicional, muchas de las cuales, advierten las autoridades, se reintegrarán a las pandillas.

“Hasta ahora hemos podido mantener el esfuerzo y el crimen a cierto nivel. El problema con el cual nos enfrentamos ahora es toda esta situación con la gente que está saliendo de la cárcel”, comentó Guillermo Céspedes, el zar antipandillas de Los Ángeles.

En esta ciudad la mayor celebración es que, pese al descalabro financiero, que también ha recortado los fondos en la oficina de Céspedes, los niveles delictivos continúan a la baja, aunque han repuntado un poco. Las últimas estadísticas indican que del 1 de enero al 29 de octubre de este año se registraron 244 homicidios, 0.8% menos que en el mismo período de 2010.

Pero las malas noticias no dejan de llegar de Washington D.C. El Senado ha propuesto un fondo de apenas 200 millones de dólares para la contratación de nuevos agentes, insuficiente para proporcionar alivio a los departamentos de policía y del Sheriff.

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