LA VÍBORA
¡QUÉ LINDA SALMA! Eso es lo que seguramente muchos pensaron cuando la actricita “confesó” a una revista recientemente que cuando llegó a Estados Unidos fue indocumentada. ¡Ja!, qué conmovedor, ¿no les parece? Pero ni se les ocurra pensar que contrató un coyote para que la ayudara a pasar. No, no, no. Tampoco les pase por la mente que luego de cruzar el cerro se dedicó a lavar platos en un restaurante del bulevar Olympic. ¡Uf!, qué esperanzas. O que fue mesera en un IHOP. ¡Uich!, que humillación. No, señores, Salmita llegó con su bonchecito de dólares bajo el brazo. Con eso la fue pasando mientras alguien se compadecía de ella y mientras aprendía inglés (por cierto, ¿lo habrá aprendido de verdad?). Quienes la conocieron en ese entonces se acordarán de sus trabajitos, por ejemplo el infomercial de Inglés sin barreras, el que, por cierto, también en algún momento promocionó Plácido Domingo. O los churros que hizo antes de Desperado, cuando hacía papeles tan insignificantes que ni siquiera se los puedo describir. Claro, ahora ya hasta ciudadana es, y pasa seis meses en sus mansiones de Francia. Pero lo que no dice es que gracias a La Opinión pudo legarlizarse. Sí, así como lo leen. Y es que como parte del proceso para obtener la residencia, los dizque artistas tienen que mostrar, entre muchos otros documentos, alguna entrevista que les haya hecho un diario. Por supuesto que en ese entonces el mundo anglo no sabía de la existencia de Salma, pero La Opinión sí. Pues esa fue la única vez que la ahora señora Pinault se dignó a llamar a un reportero de este periódico, y solo para pedirle copia de ese artículo. Ahora, cuando solicitamos una entrevista con la veracruzana dice (con todo y acento) “Juat?! La Opijuat? !Mi no entender que ser eso!”.
Y les cuento también que esto feliz, feliz, feliz. Estoy dando brincos desde que me enteré de que van a cancelar Escándalo TV, de Telefutura. Bueno, la verdad es que todavía no hay nada claro sobre el futuro de los insufribles de Charytín Goyco, Marisa del Portillo (la voz de fumadora) y Felipe Viel, presentadores del programa de espectáculos. Pero por lo menos ya no los tendré que tolerar cada vez que le cambie a mi televisor al mediodía. Más que programa de espectáculos parecía agencia de relaciones públicas de los artistas, porque eran buenos para promocionar a cuanta figurilla se les ponía enfrente, no importa qué tan relevante fuera. Pero no cantemos victoria, porque los ejecutivos amenazan con reubicar al “talento” de esta revista. Lo que quiere decir que aparecerán como moscas en cualquier otro show de la cadena.
¿Y qué onda con…
LA DUQUESA DE ALBA? Queridas viborolectoras y queridos viborolectores, que también los hay, si ustedes creen que ya se les pasó el tren y que San Antonio las tiene en el olvido, no se angustien, siempre hay una esperanza. Miren al esperpento de esta foto. Pues así como la ven, a estas alturas está estrenando marido, y 25 años menor que ella. ¿Que quién es esta momia vivente? No, no es pariente de La Tigresa ni de Lucía Méndez. Es miembro de la realeza española, millonaria, y, a sus 85 primaveras, todavía se pasea en bikini por la playa (por favor, si sufren de alguna enfermedad del estómago ni busquen esas fotos en la web). Si todo salió como estaba planeado, Cayetana Fitz-James Stuart se casó ayer en Sevilla con Alfonso Díez, un funcionario palestino de 60 años con quien salía desde 2008. Por favor, no piensen que fue el interés lo que le atrajo a Díez de la duquesa. Fue amor puro y sincero, y si dudan, les cuento que Cayetana ya se deshizo de toda su forturna; heredó a sus seis hijos y nieto mayor en vida. Así que nada de que ya no hay hombres honestos. Alfonsito nos está demostrando que para el amor no hay edades. Y no duden que pronto los veamos a los dos en paños menores por las playas de Ibiza. ¡Yeah!