Los dramas a la orden de octubre
Juegos con finales de infarto tienden a seguir en series de campeonato
NUEVA YORK (AP).- Los clichés abundan en el beisbol, la fuente preferida para explicar cuando ocurre lo imprevisto.
Y tal vez no existe otro cliché más trillado que decir que el beisbol es el más impredecible de los deportes, para lo cual no existe un método científico para demostrarlo.
Las sorpresas, después de todo, se dan en todas las disciplinas. Lo que sí tiene el beisbol es una capacidad para asombrar, sobre todo en las series de postemporada.
Lo que ocurre a lo largo de una campaña regular de 162 juegos no se transfiere automáticamente a las series cortas durante octubre.
Se decía que este octubre la iba a tener difícil para emular o siquiera acercarse a la vorágine de emociones de lo que fue septiembre.
Pero las series de primera ronda, las divisionales, ofrecieron tensos y dramáticos desenlaces: tres de las cuatro se fueron al máximo de cinco partidos y cada una se definió por el margen de una carrera.
Y uno de los duelos, el de los Cardenales de San Luis frente a los Filis de Filadelfia, se decidió el viernes con un 1-0 a favor de los primeros.
La victoria de Chris Carpenter sobre Roy Halladay evocó el clásico séptimo juego de la Serie Mundial de 1991, en el que Jack Morris de Minnesota lanzó 10 innings para derrotar 1-0 a John Smoltz de Atlanta.
El partido en el Citizens Bank Park de Filadelfia fue apenas el tercer partido decisivo de una serie de postemporada en el que terció la diferencia mínima de un 1-0.
En las otras series, Milwaukee le ganó 3-2 a Arizona en 10 innings el mismo viernes, y Detroit doblegó a los Yanquis de Nueva York por idéntico resultado la noche previa.
Otra cosa que marca al beisbol es la sensación de deja vú. ¿Quién podría anticipar que en postemporadas consecutivas a Alex Rodríguez y Ryan Howard les iba a tocar ser el último out en sus series?
Las caídas de Nueva York y Filadelfia significan que los equipos con los mejores récords durante la temporada regular y las nóminas más caras se despidieron en la primera ronda. De nada les sirvió tener la ventaja de casa.