Música para luchar contra marginación

Margaret Martin fue condecorada por el presidente Barack Obama

Las notas suaves y melancólicas de un violín se escuchaban afuera de un negocio de Hollywood cuando un grupo de pandilleros que pasaba por ahí detuvo su marcha. Los chicos, inertes y atentos a cada nota, suavizaron la expresión de sus rostros cautivados por un fragmento de la música clásica de Johannes Brahms, que otro niño tocaba con maestría.

Así se inspiró Margaret Martin para fundar la organización Harmony Project, cuya misión es proveer instrumentos y clases de música de manera gratuita a niños de barrios marginados de Los Ángeles. Desde 2001, cuando abrió sus puertas, el lema ha sido: “cambio social a través de la música”.

“Miles de vidas han cambiado con este programa”, afirma Martin, quien hace unos días fue condecorada por el presidente Barack Obama con la Medalla de los Ciudadanos, la más alta distinción que recibe un civil por sus actos filantrópicos. Ayer, el Ayuntamiento de Los Ángeles le entregó un reconocimiento por una labor que consideró “inspiracional”.

Harmony Project toma a niños cuyas familias tienen ingresos por debajo del nivel federal de pobreza y les regala instrumentos musicales, les enseña a tocarlos y crea orquestas en distintos vecindarios. Se calcula que el 80% de estos chicos son latinos, 10% afroamericanos y el resto anglosajones y asiáticos.

La Casa Blanca eligió este programa de entre 6,000 iniciativas por considerarlo “una luz del tremendo talento y potencial de jóvenes estadounidenses y por darles a nuestros niños el poder de alcanzar un futuro vibrante”.

En la última década la cantidad de niños que aprenden a tocar instrumentos musicales através de Harmony Project ha crecido de 36 a 750. La lista de espera es de 300 estudiantes. Actualmente, el programa opera cinco orquestas juveniles, una de las cuales tocó ante 18,000 personas en el Hollywood Bowl bajo la dirección del director Gustavo Dudamel.

Un estudio encontró que el 90% de sus estudiantes mostró mejoras en concentración y disciplina, 73% tuvo un mayor rendimiento académico y el 71% demostró una mejor comunicación con su familia.

Un dato revelador de lo que la música puede hacer en la vida de un niño, es que mientras la tasa de deserción escolar en las escuelas de Los Ángeles es de casi el 50%, la gran mayoría de los alumnos de Harmony Project concluyen la preparatoria y se inscriben en la universidad.

Martin resalta la historia de dos chicos: uno abandonó la preparatoria cuando cursaba en séptimo grado, pero regresó a las aulas una vez que empezó a tomar clases de música, y esta primavera se inscribió en la universidad.

El otro mejoró su dominio del idioma inglés y pudo tomar clases más avanzadas aplicando el método de aprendizaje para tocar violín.

“Los padres nos reportan que los niños tienen mejor desempeño en sus clases, que mejora su conducta mejora, incluso su salud”, señaló Martin. “Estamos comprometidos por completo en el cuidado de estos niños”, añadió.

Tal ha sido el éxito de su proyecto que se planea repetirlo en otras ciudades. Entre los interesados está la oficina del alcalde Antonio Villaraigosa, la cual busca aplicarlo en las escuelas bajo su responsabilidad, unas localizadas en el Sur de Los Ángeles.

“Sabemos que la música cambiará la vida de estos niños”, mencionó Brenda Anderson, directora asociada de la Oficina de Vecindarios y Servicios Comunitarios de la Alcaldía.

Para anotarse en la lista de espera de Harmony Project llame al teléfono (323)462-4311 o visite la página de internet http://www.harmony-project.org.

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