Padres reclaman más seguridad en South East

Piden detectores de metales tras muerte de alumna apuñalada

Retomar las clases no fue ayer tarea fácil para quienes conocían a Cindi Santana, la joven que estudiaba en la secundaria South East de South Gate y que murió el pasado viernes tras ser apuñalada con un cuchillo supuestamente por su exnovio, Abraham López, cuando aparentemente discutían durante la hora del almuerzo en el plantel.

La Policía del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LASPD) trata de esclarecer qué paso exactamente esa mañana mientras decenas de estudiantes se congregaron ayer a la misma hora del incidente junto al altar improvisado de flores, globos, peluches y mensajes dedicados a la alumna del 12 grado, a quien una de sus amigas describió como “una estudiante de honores”.

Decenas de ellos solicitaron la ayuda de alguno de los 30 consejeros que el Distrito Escolar dispuso ayer para ellos para recibir ayuda emocional y psicológica tras lo ocurrido.

Del otro lado de la verja, un nutrido grupo de padres no levantaba su vista del altar, deseosos de obtener respuestas. La junta que tuvieron en la mañana de ayer con la directora del plantel, María Sotomayor, no dejó convencido a muchos de ellos cuando pidieron mayor seguridad en la escuela.

“No nos han respondido nada, estoy frustrada”, comentó la madre de una alumna que prefirió no dar su nombre para evitar meterse en problemas, tras salir de la reunión a la que no se permitió acceso a la prensa. “La directora no contesta nada. Tenemos miedo, una no está tranquila”.

“Esperemos que pongan más policías y detectores de metales, porque para que haya pasado algo así, quiere decir que algo no está bien en la escuela”, comentó Pablo Montes, quien tiene un hijo en el décimo grado.

Más de una docena de agentes uniformados y otros vestidos de civil rondaban ayer la escuela, según la subjefa de LASPD, Nancy Ramírez, quien comentó que estarán allí por lo menos esta semana y la siguiente.

“Después ya nadie se va a acordar de lo que pasó aquí”, comentó otra madre.

“Nosotros actuamos según nos lo requieran las escuelas”, indicó Ramírez, quien dijo que siempre hay necesidad de que haya más agentes en su departamento.

Otros padres reclamaron la instalación de cámaras de seguridad y que las autoridades sean más estrictas en revisar qué artículos pasan los estudiantes a la escuela, aunque también hubo quienes, como María Casillas, creen que “es imposible revisar una escuela tan grande porque los muchachos siempre encuentran formas de hacer lo que quieren”.

“Si una como mamá no puede con sus dos hijos, imagínese la directora con 3,000”, opinó.

“Yo he visto que hasta los muchachos pasan por la verja botellas de vino”, señaló Estela López, quien también tiene un hijo en ese plantel.

Mónica Carazo, portavoz del LAUSD, dijo que la directora no haría comentarios, mientras que el superintendente, John Deasy, confirmó que dicha escuela realiza supervisiones con detectores de metales todos los días aleatoriamente entre sus estudiantes.

Sin embargo, el día del incidente, en que resultaron heridos además otro estudiante y una administradora, el sospechoso llegó a la hora del almuerzo a la escuela después de una semana entera sin aparecer por el plantel. Deasy indicó que López no estaba suspendido tras haber sido arrestado por la policía de South Gate en su casa, aparentemente por cometer amenazas de muerte.

“Sus cargos fueron retirados”, indicó.

“Desde hace mucho habían roto su relación”, dijo entre sollozos Jennifer Ramos, amiga de la víctima, quien a la hora del almuerzo escolar colocó una pancarta con dos fotos de la joven y un mensaje en el que asegura echará de menos su “sonrisita”.

Algunos padres comentaron que López actuó de forma premeditada, como respuesta a la ira de no soportar que Cindi Santana hubiera terminado la relación con él, para llegar directamente a atacarla durante la hora del almuerzo.

Según Mónica Carazo, el estudiante sospechoso llevaba dentro de la mochila una pistola falsa, aunque muchos detalles no han podido ser confirmados aún por las autoridades ya que “el caso está bajo investigación”. “Uno nunca sabe dónde pueden traer un arma, la pueden llevar incluso en el zapato”, dijo Yesenia Revolorio, otra madre que dijo apoyar que hayan detectores de metales similares a los instalados en los aeropuertos.

Jactina Barba, quien cursa el último curso, dijo sentirse “con miedo de llegar a la escuela por lo que pueda pasar” tras el incidente del viernes. “Ya no vamos ni a poder ir al baño”. “Tendrían que hacer inspecciones más seguidas, porque yo solo he visto que las hacen tal vez unas tres veces por semana”, agregó.

Las autoridades no han dado demasiados detalles del sospechoso más allá de confirmar que es un estudiante mayor de edad registrado en esa escuela. Algunos alumnos lo han descrito como “una persona callada” mientras que otros lo calificaron como “cholillo” que no vive con sus papás.

“Se le veía frío, duro”, comentó Ana Olvera, dueña de una tienda frente al plantel que frecuentan muchos estudiantes y que recuerda haberlo visto en su tienda.

Abraham López deberá comparecer hoy en una corte en Downey, donde se le hará lectura, entre otros, de los cargos que enfrenta como inculpado por la muerte de Cindi Samanta.

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