Pentágono pone fin a política contra gays
Desde su inicio en 1993, unos 13 mil militares fueron expulsados de las fuerzas armadas
WASHINGTON, D.C.- Sarah Pezzat, de 31 años, no puede contener las lágrimas. A simple vista parece una persona fuerte, incluso alguien podría adivinar que su vocación es servir a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Pero ayer, cuando se paró frente a la prensa, no pudo contener la emoción. Era la primera vez que decía abiertamente, a todo el mundo, que es lesbiana.
Y es que ayer, tras 18 años desde su implementación, culminó oficialmente la política “No preguntar, No decir” (DADT), que prohibía a los miembros homosexuales de las Fuerzas Armadas declarar abiertamente su preferencia sexual.
Al hablar con La Opinión, incluso se pudo percibir la incertidumbre de Pezzat. “Mis compañeros de trabajo no sabían”, explicó. Pezzat trabaja ahora en el Pentágono en el departamento de logística, como reserva en servicio activo.
Su sueño es ser enviada a Afganistán y trabajar con mujeres en el área de sensibilidad cultural. Está confiada en que su experiencia ahora, en el servicio, será muy diferente a la que vivió en el pasado, donde se vio forzada a ocultar su orientación sexual.
“La política de ‘No preguntar, No decir’ hizo mi vida miserable durante mucho tiempo. Estoy agradecida. Como persona siento que hoy las Fuerzas Armadas han sido fortalecidas y son más coherentes”, dijo Pezzat.
“Mañana [hoy], será un día interesante en el trabajo. No sé cuál será la reacción de mis compañeros. Le he contado solo a una persona cercana a mí, un amigo y por lo menos él reaccionó bien”, comentó.
Estimaciones oficiales indican que cerca de 13 mil efectivos han sido expulsados como consecuencia de DADT. Estadísticas del Instituto Williams, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), muestran que existen alrededor de 70,500 homosexuales en servicio activo o retirados.
En diciembre 2010, el Congreso aprobó la legislación para rechazar la política, lo que fue promulgado por el presidente Barack Obama. Desde entonces, las distintas ramas militares han realizado un proceso de transición, que ha incluido sesiones de entrenamiento y preparación del personal.
“Hoy somos más fuertes, más tolerantes, más coherentes con nuestros valores. Creo que hicimos todo lo que se debía para concretar la implementación de esta política. Entrenamos a nuestras fuerzas. Mañana todos se levantarán e irán al trabajo y eso es todo lo que importa”, enfatizó el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen.
Consultado sobre cómo se manejarán los casos de burlas o acoso, si ocurren, el secretario de Defensa, Leon Panetta, aseguró que “existe tolerancia cero” ante este tipo de prácticas. “Mi esperanza es que la estructura de comando opere con los estándares disciplinarios en curso y que se aseguren que esto no ocurra”, señaló.
Diversas organizaciones de derechos civiles ven la eliminación de DADT como el primer paso. Una batalla quizás previa a muchas otras en el futuro.
Una de ellas es la eliminación de la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA). Su definición describe la unión exclusiva de un hombre y una mujer. Como resultado, el gobierno federal puede eximirse de entregar beneficios a las parejas homosexuales de sus empleados, así como lo hace en casos de matrimonios heterosexuales. “Este es un gran paso pero queda mucho trabajo por delante. Se debe eliminar DOMA; limitar regulaciones que impactan viviendas para familias de militares, acceso a servicios legales y apoyo para traslados. También continuaremos lidiando con infraestructura poco preparada para manejar incidentes de discriminación y acoso contra los miembros homosexuales en servicio”, dijo Joe Solmonese, presidente de Human Rights Campaign.
Ayer, el grupo de senadores que impulsó el rechazo de DADT, entre ellos Susan Collins (R-ME), Joe Lieberman (I-CT), Kirsten Gillibrand (D-NY) y Carl Levin (D-MI) fueron consultados respecto a su apoyo para eliminar DOMA.
Gillibrand aseguró que se “está trabajando en ello”, mientras legisladores como Lieberman dieron su respaldo parcial a la medida y senadores como Collins no formularon comentarios.
A un poco más de un año de las elecciones, temas tan polémicos como la definición del matrimonio tienen escasas probabilidades de éxito. Las organizaciones de derechos civiles lo saben, pero insisten en que les sobra paciencia. Los optimistas enfatizan que al comienzo del Congreso pasado las apuestas sobre la desaparición de DADT eran bajas y, sin embargo, ayer, se alcanzó la meta.