Poesía mueve labor social

ENTREVISTA

Varias pulseras de movimientos sociales lleva en la muñeca derecha y entre los collares un rosario. La chamarra de borrego se la echa sobre la espalda y porta su peculiar sombrero al estilo Indiana Jones.

Es Javier Sicilia, el poeta mexicano que desde el pasado 28 de marzo, cuando le mataron a su hijo, inició un movimiento social para mostrar el rostro de las miles y miles de víctimas que está causando la “narcoguerra” emprendida por el gobierno del presidente Felipe Calderón.

“No son daños colaterales, son seres humanos”, dijo Sicilia durante una reunión con el Consejo Editorial de La Opinión en su visita a Los Ángeles, en la que criticó a Calderón, a quien calificó de “obstinado”, en la que habló de la necesidad de imponer castigos ejemplares a políticos “mañosos” y en la que presentó un oscuro panorama electoral el próximo año.

El hombre que abandonó la poesía para encabezar un movimiento por los derechos humanos estuvo en Los Ángeles para participar en la conferencia internacional de Drug Policy Alliance que analiza las alternativas para legalizar las droga.

Y es que para Javier Sicilia el tema de las drogas debe ser visto como un problema de salud pública y no de seguridad nacional.

Hace 40 años el gobierno de Richard Nixon lanzó la cruzada contra las drogas con la llamada “War on Drugs”, y hace cinco años, cuando tomó la presidencia de México, Felipe Calderón hizo lo propio.

Pero para Sicilia y la mayoría de los analistas, eso no ha dado resultados, porque no se está atacando el problema de raíz.

La lucha social que Sicilia ha encabezado desde hace poco más de siete meses tiene que ver con eso y con la necesidad de dar rostro humano a las cifras de muertos.

Es el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que nace de un poeta y que por lo tanto hay algo de poesía en ello.

“Porque la poesía no planifica, la poesía sale, inventa y a veces hace cuentos felices. Creo que hemos hecho cuentos felices, pero nunca los hemos planeado”, comentó Sicilia.

“Muchos de los dirigentes no son muy visibles, pero son muy creativos, porque vienen de la no violencia gandhiana, que es muy inventiva. Vamos creando conforme nos movemos, su debilidad es su fuerza, siempre estamos como reinventándonos, y como tiene un elemento poético, de justicia y no violento, saldrá alguna sorpresa”.

Su movimiento, que ha recorrido ya medio país y traspadado la frontera, es un poema andante, según sugiere el mismo Sicilia.

Dos de los movimientos más inquietantes de México, consideró, han sido el zapatismo y su lucha por la paz, los cuales han tenido fuerza en la poesía.

“Su fuerza es la palabra poética, la destrucción del lenguaje unilateral por la creación de un lenguaje nuevo para hablar de las cosas que le competen a la vida común, a la vida ciudadana. La grandeza del zapatismo y su gran fuerza no vino de su idelogía marxista, sino de su capacidad poética que le viene del mundo indígena y de Marcos que es un poeta”, mencionó.

Y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad también tiene eso, indicó.

“Ha habido mucha poesía en ese sentido, no solo mía, hay varios poetas en el movimiento, y varios de los activistas que vienen de procesos políticos y sociales tienen ese toque de inventarse en la movilización”.

Para Sicilia, el problema que está padeciendo México es también de injerencia estadounidense: “En México se ha instalado una guerra en nombre de un problema de salud pública”, mencionó. “Una guerra que algunos cuentan en muertos, 50 mil muertos, quizás más; en 10 mil desaparecidos, quizás más; en 120 mil desplazados, quizás más, porque ni siquiera se lleva un conteo serio”.

La guerra que Calderón inició, dijo, fue con instituciones muy fracturadas, incluso permeadas por el crimen organizado.

“No quieren aceptar, por ceguera política o por cinismo, que parte de eso está infiltrado y protegido por los partidos políticos”, mencionó.

Por otro lado, señaló, el gobierno de Estados Unidos está armando a los cárteles, y ninguno de los dos países está atacando el lavado de dinero a través de los bancos.

“México vive en un estado de terror absoluto, de inseguridad absoluta, de impunidad absoluta, donde más del 98% de los crímenes no se resuelven”.

Con la intervención militar, aseguró, no se va a solucionar el problema de las drogas, porque cambiar un estado caótico por uno militarizado, afirmó, “es igual de terrible”.

“Acabaría de destruir la democracia, porque hay zonas del país que están absolutamente balcanizadas [fragmentadas] por el crimen organizado; habrá zonas, ahora que vienen las elecciones, donde no se va a poder poner una casilla sin la anuencia de los cárteles”, advirtió. “Tal vez habría que preguntarnos no por qué partido vamos a votar, sino por qué cártel vamos a votar”.

Sicilia insistió en la necesidad de cambiar la estrategia y considerar la legalización de algunas drogas, además de reconstruir el tejido social, ya que los jóvenes no tienen oportunidades y el crimen organizado les está ofreciendo una alternativa y son ya su “ejército de reserva”.

“También que los partidos no solo se deslinden, sino que haya castigos ejemplares a sus militantes que tienen relaciones con el crimen”, señaló. “Ninguno de los precandidatos está tomando en serio la emergencia nacional en el país, hay tímidas propuestas, pero no dicen nada, podrían empezar poniendo castigos ejemplares, metiendo a la cárcel a muchos”.

En su opinión, Estados Unidos tiene que repensar también el problema de las drogas, porque con prohibición no funciona.

“Se vivió en Chicago con el problema de la prohibición del alcohol, lo cual costó muchas vidas y al final se tuvo que legalizar”, recordó.

Criticó al presidente Calderón tanto por iniciar una guerra con instituciones fracturadas y corrompidas, como por no corregir el camino.

“Yo creo que es un hombre obstinado, que sabe que se equivocó, pero que desató tales fuerzas que no las puede ya controlar, y que no se atreve a cambiar el tejido político porque en su empantanamiento siente que sería claudicar”, dijo Sicilia.

México, recalcó, vive una emergencia nacional que requiere de un gobierno y una agenda de unidad nacional.

“Si no se toma en cuenta la reconstrucción de las instituciones y el tejido social, difícilmente cualquier candidato va a poder gobernar el país”, advirtió. “Cualquiera que gane va a administrar el dolor, la desgracia”.

Apuntó que se requiere de una “comisión de la verdad”, porque hay la tentación de un gobierno autoritario, como lo es la militarización.

“En un estado fracturado también entra una comisión de la verdad, porque hay ya documentación seria de desapariciones por parte del Ejéricto, de la Marina y de la Policía Federal”.

Para Sicilia, México es un “lodo”: “Por la mezcla del estado con el crimen organizado, porque ya no hay claridad”.