Presionarán a los bancos

El código postal 90059, que corresponde a Watts, lleva una cuenta de 3,689 ejecuciones bancarias desde 2008. Juana Domínguez fue víctima de una de ellas.

“El 15 de agosto me sacó el banco de la casa”, dice Domínguez.

Su esposo, que se gana la vida en la jardinería, perdió una buena parte de sus ingresos cuando la bola de nieve de la recesión hizo averías en sus vidas. Sus clientes empezaron a perder sus empleos -y sus casas- o decidieron recortar algunos gastos. La secuela es que ya no podían pagarle por sus servicios.

“Nos atrasaron los pagos, y por eso fue que nosotros nos atrasamos”, recuerda.

Tenía 15 años de vivir en su casa. Aunque trató de negociar una salida con el banco que le permitiera conservarla, la institución le negó esa oportunidad, así como la de recurrir a una venta rápida –short sale– un recurso de último momento que permite al deudor salvar el crédito .

En el momento de escribirse esta nota, hay 103 familias en esa porción de Watts que han recibido aviso de que el banco intenta quedarse con sus casas. Pero cuando la expropiación se consuma y no hay un comprador, la vivienda queda en el abandono, carcomida por los elementos y los depredadores que dejan las casas en los huesos.

Informa Domínguez que en el vecindario donde se encontraba su casa hay por lo menos otra decena en esas condiciones. Son como casas fantasma.

Según City-Data, entre 2006 y 2011 la media del valor de una casa en ese código postal fue de 370 mil a 150 mil. En 2009, el ingreso promedio por hogar allí rondaba los 30 mil dólares.

Domínguez se ha sumado a un grupo, ACCE, que planea diversas acciones en la primera semana de enero para presionar a los bancos a que asuman los costos de las casas que ejecutan.

“Es tiempo de que Wall Street pague por sus hechos. Si no recogen la basura que dejan en nuestros vecindarios y no paran los embargos, vamos a ir a visitarlos a sus lugares y oficinas”, anunció Lyneva Mottley, que se crió en este vecindario.

Ayer al final de una rueda de prensa en la que se anunció la campaña de octubre de ACCE, integrantes de esta organización se dedicaron a recorrer el vecindario para hablar a los vecinos de sus planes para las próximas semanas.

Watts es uno de los vecindarios más pobres de Los Ángeles, y uno de los índices más altos de desempleo, especialmente entre los jóvenes. La vasta mayoría de sus residentes son hispanos y afroamericanos.

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