Pululan áreas contaminadas en la región
Dos instalaciones en South Gate se suman al proyecto Superfund de EPA
Bajo la tierra del Valle de San Gabriel hay varias manchas con sustancias dañinas que se extienden por diez ciudades y más allá. Son más de 30 millas donde el agua subterránea está mezclada con solventes y desengrasantes vertidos por industrias y negocios, representando un riesgo para la salud humana.
Otro derrame de materiales tóxicos se ha esparcido por un área de 4.5 millas, suficiente para cubrir el 75% del territorio de Norwalk, uno de tres municipios afectados por el manejo inapropiado de desechos a lo largo de 15 años. El sitio es considerado por las autoridades como uno de los más peligrosos del país.
En lo que va del año, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha logrado, a través de acuerdos extrajudiciales, que distintas empresas se comprometan a limpiar el agua que ensuciaron y que permanece estancada debajo de Monterey Park, South El Monte, North Hollywood y Glendale. En total pagarán más de 23 millones de dólares.
Ayer, la dependencia propuso incluir dos instalaciones en South Gate al programa federal Superfund, que investiga y limpia los lugares que, por la presencia de materiales tóxicos, ponen en peligro la salud de los residentes. Se trata de los sitios donde operan o lo hicieron Seam Master Industries y Jervis B. Webb Co, donde se detectaron componentes orgánicos volátiles y niveles elevados de tricloroetileno, comunmente usado como solvente para limpiar piezas de metal.
“Es el legado de la industria aerespacial y otras industrias que han estado en el Sur de California, que han contaminado el agua subterránea a lo largo de los valles de San Fernando y San Gabriel”, explica Rusty Harris-Bishop, vocero de EPA.
La agencia no ha redactado órdenes tan estricta como las enviadas a la compañía Northrop Grumman. Esta semana le pidió construir una planta de 20 millones de dólares para encargarse de la ardua tarea de bombeo y tratamiento de aguas subterráneas en City of Industry y La Puente, sumando penalidades de hasta 45 millones desde 2009.
Se trata de uno de los mandatos más rigurosos desde 1979, cuando se detectó que la fuente de agua de la cual depende la mayoría de los residentes del Valle de San Gabriel estaba muy contaminada. Desde entonces se le considera una de las redes de conductos naturales más grandes y sucio del país.
El agua subterránea contaminada se ha detectado en porciones de Alhambra, Irwindale, La Puente, Rosemead, Azusa, Baldwin Park, Industry, El Monte, South El Monte, West Covina y otras partes de esa cuenca. Ahí, unos 45 proveedores toman el agua que corre debajo de ese territorio para enviarla a un millón de clientes.
“Afecta a la salud humana solo si es bebida”, subraya Ray Chavira, responsable del proyecto de limpieza de EPA en esa zona. “Actualmente nadie está bebiendo agua subterránea contaminada. La que se suministra es tratada o no, debido a que cumple con los estándares”, recalcó.
La organización ecológica San Gabriel Valley Oversight Group afirma que existe una larga lista de industrias que siguen operando sin cumplir con las normas ambientales y cuyos derrames afectan el agua que en algunas ciudades no se extrae por falta de fondos. “Tenemos muchas compañías que son muy difíciles de identificar”, mencionó su presidente Eric Sunada.
¿Cuándo tendrán agua limpia los vecinos del Valle? La Agencia de Protección Ambiental calcula que hay un largo trecho por recorrer: entre 15 y 40 años, tiempo suficiente para extraer, tratar y volverla a vertir a las entrañas de la tierra. “Queremos mantener el agua debajo del Valle de San Gabriel porque es uno de los recursos acuíferos más importantes”, insistió Chavira.