Riqueza desigual
Los “ocupantes de Wall Street” son definidos en los medios conservadores como “parásitos que pretenden recibir gratuitamente servicios pagados con el dinero que generan los impuestos de quienes producen la riqueza”.
Y los anfitriones, invitados y oyentes de estos programas de radio y televisión hablan de una agenda para promover una “guerra de clases”, y para la “redistribución de la riqueza”.
Lo que no dicen quienes condenan al movimiento de “los ocupantes” es lo que un reciente reporte de la Oficina del Presupuesto del Congreso señala en un reporte denominado “Tendencia en la distribución del ingreso familiar entre 1979 y 2007”. Este informe investigativo trae información que estoy seguro, estos “generadores de la riqueza” no desean que se conozca públicamente, y los puntos más importantes son los siguientes:
1.- Entre 1979 y 2007, el ingreso familiar real del 1% de la población, aquellos con los ingresos más altos, se incrementó en el 275%.
2.- En el mismo periodo señalado anteriormente, el 20% de la población en la parte más alta del ingreso familiar (incluido el 1% anterior por supuesto) vio sus ingresos incrementarse en 65%.
3.- Para el 60% de la población de ingresos medianos, el aumento del ingreso familiar fue del 40%.
4.- Y para el 20% de la población de ingresos mas bajos, el aumento del ingreso familiar fue de 18%.
En algo tienen razón los conservadores, ha habido una redistribución de la riqueza, pero de abajo hacia arriba, esto es, se ha despojado a la clase media y pobre de su parte proporcional de la misma, para entregársela al sector más pudiente de la sociedad.
Esa desigualdad que se ha hecho más manifiesta en el día a día de los ciudadanos de a pie, es la que ha dado lugar a este movimiento de “los ocupantes”.
Los que hacemos la clase media y baja somos los que sabemos a ciencia cierta como nuestra calidad de vida se ha ido deteriorando en los últimos años. Para nosotros es para quienes el sueño americano se ha convertido en una pesadilla sin esperanza de despertar a un nuevo amanecer de estabilidad.
Estas diferencias abismales entre los que poseen la riqueza y entre los que tenemos cada vez menos es lo que ha hecho de los países latinoamericanos centros de subdesarrollo, emporios del crimen organizado y caldo de cultivo del crimen de poca monta. Y estas desigualdades traen además aparejadas la corrupción, los resentimientos sociales y el deterioro de la sociedad.
“Los ocupantes” no están en contra de la riqueza, ni del capitalismo, su lucha es contra la avaricia y la ambición desmedida de algunos sectores de la sociedad en detrimentro de los que menos poseen. Y más vale que estos “generadores de la riqueza” lo comprendan antes de que sea demasiado tarde. Los estadounidenses no saben todavía lo que es ser apuñalado por un par de zapatos o un teléfono celular, ojalá que no lleguemos a esos niveles, producto de las desigualdades que estamos alimentado a paso presuroso.