Salen en defensa de los murales de LA

Hasta la fecha se sabe que existen por lo menos 1,614 obras

Las imágenes de la Virgen de Guadalupe, Emiliano Zapata, Benito Juárez, Frida Kahlo y otros personajes que adornan los vecindarios de Los Ángeles podrían plasmarse nuevamente en las propiedades privadas.

Una serie de mociones aprobadas la semana pasada por el Concejo de la ciudad abren la posibilidad de eliminar los impedimentos legales que por años han detenido la expansión de los murales más allá de los sitios públicos. Desde 2002 se multa a quienes no obedecen dicha norma.

Asimismo se busca preservar las obras existentes e identificarlas de otras pinturas de gran dimensión que, por no cumplir con ciertas características, no son aprobadas por la ciudad. La idea, de hecho, es que la ordenanza distinga cuáles son anuncios o grafito, pero no murales.

“Los Ángeles finalmente se mueve hacia una dirección en la que vuelve a valorar el arte, importancia y belleza de los murales y el sentido de orgullo que aportan a nuestras comunidades”, expresó el concejal José Huízar, autor de al menos 19 propuestas para apoyar, proteger y restaurar dichas obras.

En los últimos cuatro años las autoridades se han dado a la tarea de integrar en una base de datos la mayor cantidad de murales.

Hasta la fecha se sabe que existen por lo menos 1,614 obras de las cuales 507 fueron pintadas en propiedades privadas, 424 en escuelas y 261 en instalaciones del Ayuntamiento. Más de 400 han sido removidas por distintos motivos.

“Hay cientos, quizás miles de murales de los cuales no tenemos información”, señala Felicia Filer, directora de arte Público del Departamento de Asuntos Culturales. “El objetivo es identificar sus características”, indicó.

Muestra de la riqueza cultural de Los Ángeles, los murales están en muchas partes de la ciudad, aunque se concentran principalmente en barrios del este, como Boyle Heights.

Parte del trabajo del municipio ha sido registrar también el grafito de gran tamaño o carteles publicitarios. Por definición, un mural es una obra de arte pintada sobre una pared y que da armonía a la estructura en que se plasma.

Los expertos, sin embargo, han tenido problemas a la hora de entender este concepto. Dudan, por ejemplo, si la pintura de una sirena, un tiburón y un par de delfines en la fachada de un restaurante de mariscos debe o no entrar en esa categoría.

“Es muy difícil para nosotros distinguir qué es un mural y qué no”, comenta Pat Gómez, encargado de los murales en el Departamento de Asuntos Culturales. “Hay muchos lineamientos que no están claros”, precisó.

Las regulaciones actuales, que limitan el espacio de los murales a no más de mil pies cuadrados y exigen que el texto ocupe menos del 3% del dibujo, complican las cosas.

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