Trabajadores de la cadena Hyatt reciben apoyo de otros gremios

Con su huelga buscan respeto, más allá de una mejor condición salarial

Tender una cama al día no parece ser un trabajo difícil. Pero, ¿qué tal 24?

Ese es el trabajo que Sandra J. Miranda realizó durante 21 años como recamarera en el hotel Hyatt Andaz de West Hollywood.

Pero a partir de marzo de este año, esas 24 camas se convirtieron en 30, más la limpieza de 15 baños y alfombras que tiene que terminar en sus ocho horas de trabajo.

“Es el trabajo de tres personas. Esos cuartos están a veces tan sucios, que hasta dan asco”, afirma Miranda. “Nos exigen que tengamos esas habitaciones listas, pero nosotras no podemos con tanto”.

A Miranda le toma un promedio de una hora terminar una habitación estándar, dos si se trata de una suite.

Desde septiembre de 2009 varios hoteles de la cadena Hyatt a nivel nacional han sido señalados de haber incurrido en acciones que han afectado al personal que labora, o solía laborar, para esta.

El 31 de agosto de 2009, los hoteles Hyatt en Boston y Cambridge, luego de solicitar que las recamareras capacitaran a otras como sus supuestas suplentes durante vacaciones, estas fueron despedidas al final del día para inmediatamente contratar los servicios de compañías de limpieza como HSS Cleaning.

Leigh Shelton, vocera de la Unión de Sindicatos de Los Ángeles (LA Union), comentó que son cuatro ciudades las que están simultáneamente en huelga: Los Ángeles, Chicago, San Francisco y Waikiki, y que no es una huelga que busque más prestaciones, sino sobre todo respeto.

“El trabajo de una recamarera es peligroso, mucho más si trabaja bajo presión. Tienen lastimaduras en la espalda, muñecas y rodillas” explicó. “La empresa está buscando maximizar sus ganacias a costa de sacrificar la calidad del trabajo y las condiciones laborales de los trabajadores”.

Morena Hernández es también recamarera de ese hotel desde hace 14 años y se ha lastimado la espalda en su trabajo.

“Estar agachada acomodando las camas es un trabajo muy pesado. No tenemos enfermera y hasta hoy no hemos podido hablar con el gerente”, explica.

Esta empleada, confirma que, en efecto, la huelga busca respeto: “Queremos respeto, no queremos pensión. Queremos que nos entiendan, que es demasiada presión”.

Por su parte, Kim Okeson, vocera del hotel Hyatt Andaz, hizo llegar a La Opinión un comunicado en el que indicó: “Sabemos que nuestros empleados quieren trabajar y es la razón por la cual tantos de ellos nos han expresado su deseo de que el sindicato termine estas negociaciones”.

En ese sentido, el vicepresidente de comunicación corporativa de los hoteles Hyatt, Farley Kern, afirmó: “Esperamos que nuestros líderes sindicales hayan llegado a un acuerdo en estos contratos, de tal modo que nuestros empleados hayan ejecutado un paro laboral no relativo a salarios ni prestaciones. Estamos ansiosos de aumentar los premios para nuestros mejores trabajadores”.

María Elena Durazo, tesorera de la Unión de Sindicatos, apoya esta huelga, pues en su opinión “es muy valiente en una economía como la de hoy. [Esta huelga] es inusual y digna de apoyo, pues [estos trabajadores] quieren un mejor nivel de vida y no agachan la cabeza. No se asustan con lo que dice la empresa”.

En el lugar se dieron cita representantes de distintos sindicatos en apoyo a esta huelga. Organizaciones representativas de camarógrafos, carteros, mensajeros y enfermeros.

Según Durazo, las grandes compañías últimamente tienen la tendencia de presionar a sus empleados y hacerlos trabajar de más, “pues piensan que van a tener miedo de actuar por no perder sus empleos. Queremos una mejor economía para todos, no solamente para los ricos”.

Miranda sostiene su pancarta y alza la voz: “El huésped llega muy feliz y se va muy feliz. Pero, ¿quién dejó el sudor del trabajo pesado? Nosotras, las recamareras”.

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