Prevención del sida es clave

Washington DC registra uno de los índices más altos de la enfermedad a nivel nacional

WASHINGTON, D.C. – “María Ponce, María Ponce, pase por favor”, dice una auxiliar en la sala de espera de La Clínica del Pueblo, con un perfecto español. “¿Se ha realizado el examen del VIH?”, pregunta uno de los voluntarios, que se ha parado hace algunos minutos desde su mesa donde reparte folletos y condones.

“Disculpe, se lo recomendamos a todos”, explica sin sobresaltos. Nadie parece extrañarse con su pregunta, como tampoco con los diversos carteles que explican los riesgos del VIH y SIDA.

La Clínica del Pueblo trabaja desde hace 28 años ofreciendo diversos servicios de salud física y mental para la comunidad latina en Washington DC. Tan sólo en 2010 atendió 8,288 pacientes.

Sin embargo, los esfuerzos de prevención sobre VIH y cuidado de SIDA se han convertido en uno de sus pilares de atención, y no es para menos.

Washington DC ha sido tildada como una zona con “carácter de epidemia”, según la definición de la Organización Mundial de la Salud, comparable a los índices registrados en algunas ciudades de África.

En 2009 el Departamento de Salud del Distrito de Columbia mostró que al menos un 3.2% de los mayores de 12 años residentes en la ciudad eran VIH positivos, es decir 16,721 personas.

Un reciente estudio de Kaiser Family Foundation reveló que los hispanos son uno de los grupos más impactados con la enfermedad, tanto a nivel nacional como en Washington DC. Un millón 100,000 personas viven con VIH/SIDA en Estados Unidos y de ellos 205,000 son hispanos. De hecho, en 2009, los latinos registraron un 20% de las nuevas infecciones detectadas, un 17% de la gente viviendo con VIH y un 21% de los diagnósticos.

Desde 2009 hasta la fecha, el Distrito de Columbia se ha embarcado en un esfuerzo por bajar los números rojos, aumentando la prevención y detección de la enfermedad.

“Los latinos no tienen tanto acceso a salud como otras poblaciones. No tienen la oportunidad de hacer el examen. En general cuando las personas van al médico les ofrecen el examen, pero si no tengo médico, no hay acceso”, asegura Alicia Wilson, directora ejecutiva de La Clínica del Pueblo.

“Lo que estamos encontrando es que más del 50% de las personas que tienen resultados positivos en menos de un año reciben el diagnóstico de SIDA. Eso quiere decir que han vivido con el virus por una década sin saber, mientras tanto han infectado a otros”, dice.

“Nos enfocamos en la prevención. Muchos vienen de comunidades donde no se habla de VIH, no hay educación de cómo prevenirlo y cómo se transmite. Vienen sin esta base y no tienen acceso al examen. Además los riesgos de la inmigración indocumentada representan un mayor peligro. Mujeres en manos de coyote, jóvenes expuestas al tráfico sexual”, indica.

En 2010, La Clínica del Pueblo realizó 2,750 pruebas de VIH y distribuyó 3,755 piezas de material educacional. Asimismo, inauguró el centro de la juventud, donde implementó el programa ‘Mpodérate’, destinado a jóvenes homosexuales, transgénero y bisexuales, como base de iniciativas de alcance comunitario y apoyo.

“Este es el cuarto de chicas y este de los chicos” explica Manuel Díaz-Ramírez, encargado de ‘Mpodérate’. “Acá realizamos charlas, conversan temas relacionados con salud, prevención VIH, qué hacer para estar seguras en las calles”, dice.

En las paredes, disfraces hechos con condones femeninos y masculinos decoran el ambiente. Eso además de fotos de desfiles y festivales, donde el centro ya ha marcado presencia.

Díaz-Ramírez asegura que reciben cerca de 160 visitas por mes. “Este es un espacio seguro, donde pueden ser ellas mismas. Todos los chicos y chicas que vienen han sufrido violencia en sus países de origen. Muchos han sido violados. Cuando hacemos grupos de conversación las historias de duelo son muy fuertes”, cuenta.

“No está todo resuelto. Hay mucha homofobia todavía en esta ciudad. Por eso es que no son aceptados, invitados por otros grupos latinos, pero en lo que sí estamos enfocados es en que construyan lazos con las organizaciones que sí están interesadas en apoyarlos y ayudarlos”, agrega.

En el centro ya son las 4 de la tarde y en medio de las celebraciones de Halloween, tres jóvenes decoran el lugar, mientras bailan al ritmo de música en español. Ya queda poco para que el centro cierre sus puertas, pero nadie parece tener muchos deseos de irse.

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