¿Presagio del 2012?

El espectáculo de la campaña en las elecciones de Michoacán, con violencia y amenazas del narco –y posiblemente también políticas- que causaron la renuncia de docenas de candidatos y el asesinato de un alcalde, sólo puede ser superado por el espectáculo posterior a la elección, cuando todos los candidatos a gobernador se proclamaron triunfadores antes del conteo de votos y se reportaron numerosas irregularidades en la votación y hasta interrupción de los sistemas computarizados por intervención de “hackers” de Anonymous Hispano.

Al final, el aparente triunfo del PRI y la forma en que ocurrieron los comicios tienen escalofriantes implicaciones para las elecciones presidenciales del 2012. Michoacán es el estado natal del presidente Felipe Calderón, la candidata derrotada del PAN es su hermana y allí fue donde inició su lucha contra el narco. Como consuelo queda que el propio día de la elección, Juan Gabriel Orozco Favela, presunto colaborador cercano del fundador de la organización criminal Los Caballeros Templarios, fue arrestado en el mismo estado.

La violencia del narcotráfico no fue lo único que ensombreció los simbólicos comicios, última parada antes del 2012. También se reportó la compra de votos por parte del PAN, amenazas contra candidatos del PRI y también contra los votantes en general para que no votaran. Aquí no sólo actuaron los narcos, sino los viejos trucos políticos de siempre dentro de un un sistema partidista en donde todos están más preocupados por ganar a costa de lo que sea, que del destino del pueblo mexicano.

Triste presagio, sin duda. Añadir violencia política a un país ya sacudido por la violencia criminal, es realmente irresponsable.

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