Medicina amarga

El conservador Partido Popular arrasó en las elecciones de España. No obstante la abrumadora victoria de Mariano Rajoy, el futuro promete más sufrimiento que alegrías para la golpeada nación.

La derrota de los socialistas refleja la incapacidad del primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero de hacer frente al duro golpe recibido por el derrumbe económico global. España tiene la tasa de desempleo más alta de Europa con 21%, el 40% de los jóvenes no halla empleo, tiene uno de los déficits porcentuales más elevados de la región y un millón de personas corre el riesgo de ser desalojadas de sus hogares debido a la burbuja inmobiliaria.

Por todo esto, no es casualidad que España sea el tercer país de los más afectados por crisis, junto a Grecia e Italia, que está cambiando gobierno. Sin embargo, el triunfo del PP no ha disminuido la presión financiera sobre la zona del euro de la cual solo Alemania parece estar libre.

Este panorama es muy preocupante para Estados Unidos. Una severa recesión europea perjudicará las exportaciones estadounidenses, privando a nuestro país de ingresos de divisas. Al mismo tiempo, las dificultades de liquidez de la banca europea se hará sentir del otro lado del Océano Atlántico por el alto grado de integración del sistema financiero internacional.

Si bien las noticias de Europa no son buenas, las de Washington tampoco son mejores. La ausencia de un acuerdo para reducir el déficit por parte del supercomité legislativo suma otro fracaso e incertidumbre al panorama financiero global.

No hay milagros en España, como tampoco en Europa ni en Estados Unidos. La salida de la crisis está ligada a sacrificios en formas de reducciones de presupuestos y recortes en la red de protección social. Habrá que ver si los españoles tienen la paciencia de aceptar la medicina amarga que votaron el domingo.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain