Un superfracaso
Las posibilidades parecían escasas para que el supercomité legislativo llegase a un acuerdo con el fin para reducir el déficit. Sin embargo, esa perspectiva no atenúa el rotundo fracaso de este esfuerzo el cual demuestra nuevamente la parálisis que existe dentro del Congreso, fruto de la intransigencia de sus integrantes.
La oposición a utilizar aumentos de impuestos, como parte del plan para reducir el déficit en 1.2 billones de dólares a lo largo de 10 años, es la objeción que bloqueó toda posibilidad de acuerdo. Hasta la misma propuesta republicana, que acepta recaudar 250 mil millones de dólares en nuevos impuestos, propone también una drástica reducción en los impuestos de 36% a 28% sobre los ingresos de los más pudientes.
La insistencia de no aumentar impuestos no se sustenta en que son demasiado elevados, ya que nunca estuvo tan baja la tasa de gravación sobre los ingresos, ni tampoco han habido tantos agujeros (loopholes) en el código impositivo que permiten a empresas multinacionales no pagar impuestos.
En realidad el achicamiento del gobierno federal es el motivo principal de esta política. El propósito es quitarle fondos para que no pueda operar servicios sociales ni ejercer funciones regulatorias. De otra manera, no es serio pensar que reduciendo más impuestos se generarán empleos y se equilibrará el déficit. Ya se comprobó hace un tiempo que no es así.
El fracaso del supercomité es inquietante. Todavía el Congreso debe resolver asuntos urgentes como la extensión del seguro de desempleo, extender el feriado impositivo sobre el salario y redactar el año que viene un nuevo presupuesto. En estos temas no hay la posibilidad de actuar irresponsablemente hoy para dejar que más adelante los recortes automáticos reemplacen las decisiones de los legisladores como en el caso del supercomité.
Es evidente que las posiciones encontradas entre demócratas y republicanos serán debatidas en la elección presidencial, allí podrán decidir los votantes. Mientras tanto, Estados Unidos seguirá a la deriva de la parálisis de inflexibilidad legislativa en momentos que más se requiere liderazgo y acción.