Ensalada política

Estas últimas dos semanas han sido de reuniones con grandes amigos de México y de amables invitaciones a comer y conversar de la política en México y de la de aquí.

En esas reuniones nos dedicamos a discutir lo que, a nuestro criterio, es importante. Y dado a que estamos en vísperas de año de elecciones presidenciales, en ambos lados de la frontera, hablamos de lo que creemos será feria de mentiras y promesas para llevar a las gentes a votar; allá y aquí.

¿Alguien se puede imaginar una campaña política sin mentiras y sin promesas incumplibles?

Encontramos que los problemas de México y los Estados Unidos tienen muy poco en común y por lo tanto no pueden resolverse en forma igual. Aquí, yo creo que quien quiera que gane, podrá hacer pocos cambios, tanto porque el Congreso seguirá dividido, como porque la crisis económica y de desempleo no se ha resuelto y solucionarla tendrá que ser prioritario en la agenda del vencedor.

México es un país con culturas ancestrales pero con un 60% de su población pobre con ingresos nulos o de miseria. Gran parte de esa población carece de escolaridad, con un alto porcentaje de personas iletradas. A esos pobres no les afecta una crisis. La han vivido siempre y no los privará de nada, porque nada tienen; los afectados son la clase media, alta y baja.

Ello produce una curiosa democracia con tres vertientes: La de los que tienen todo, la de los que tienen educación y quieren poder vivirla y la de los millones que no tienen nada. Es una democracia de desiguales y por lo tanto imperfecta.

Los Estados Unidos son un país con una gran y dinámica clase media, que está siendo destruida tanto por el desempleo, como por la crisis hipotecaria en la que miles están perdiendo sus hogares porque sus políticos han perdido la voluntad de conciliar intereses. La diferencia entre los dos grandes partidos ha sido llevada a niveles de odio y como consecuencia perjudicial para todos.

No podía dejar de salir a la luz la violencia que se vive en algunos estados de la República Mexicana.

Concluimos que en tanto el consumo de drogas en los Estados Unidos no sea controlado seguirá habiendo traficantes que aprovechen ese “negocio” y no va a cesar la sangrienta lucha entre los carteles por controlarlo.

La falta de acción enérgica del gobierno americano y el consumo de cada drogadicto contribuye con su grano de arena a la violencia en México.

Discutimos y desechamos la legalización de las drogas, que solo sería efectiva si hubiera un acuerdo internacional y discutimos la deshonesta posibilidad de que quien quiera que sea electo como presidente de México el año entrante pacte con los carteles para acabar con la violencia entre ellos y sacar a las autoridades de esta guerra inganable en que están metidas.

Además un acuerdo así podría ser oportunidad para que algunos honestos políticos saquen “un poco” de ese “mucho”. Todo esto es inmoral, pero México no puede continuar una guerra que ya le ha costado más de 40 mil vidas, miles de millones de dólares y ha destruido su industria turística, la mas importante creadora de empleos en México.

Pensamos que si México cesa su guerra contra los traficantes y estos la guerra entre si, le endosa el problema al gobierno de EEUU que tendrá que luchar aquí contra el consumo de drogas y los carteles locales, que deben existir.

Discutimos de honestidad en la política y estuvimos de acuerdo en que, habiendo políticos honestos, es una virtud que ni allá ni aquí, abunda. Allá son mordidas, comisiones, negocios que son asalto en despoblado y lo hacen las “manos del poder”.

Aquí no se habla de mordidas, sino de colusión con importantes intereses. Aquí la ejercen, entre otros, los legalmente constituidos cabilderos que abundan alrededor de los congresistas para “proteger” a los dueños del dinero que contribuyen a las campañas políticas.

Todos estuvimos de acuerdo en que quien da, espera algo; entre más coopera, más espera.

Creer lo contrario es infantil…

Pensamos que sería conveniente que se publicara que negocios “cooperan” con quienes y en que cantidades y como fue creciendo la fortuna de esos favorecidos políticos.

¿Y cuantos políticos rinden cuentas, con comprobantes y justificantes, de los gastos que hicieron con el dinero de aportes que recibieron y cuantos se han quedado con el sobrante?

Solo Dios…Eso reza tanto para la derecha como para la izquierda.

En México piensan que el PRI vuelve al poder pese a que hace 12 años sufrió una aplastante derrota tras 70 años de gobernar.

También hay quienes temen que pudiera resurgir López Obrador, tras de que el PRD hizo a un lado, sin “primarias” ni discusiones publicas, a Ebrard, actual regente del Distrito Federal, uno de los precandidatos favoritos de la izquierda.

El PAN que fue un gran partido de oposición, carece de posibilidad. Ellos que lucharon contra la corrupción, no han logrado extirpar la propia.

Espero que esta ensalada se entienda…

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