Barsa encara a ‘dos’ rivales

Los blaugrana se miden al Al-Saadi y al cambio de horario en busca de llegar a la final

El técnico del Barcelona, Pep Guardiola, sostiene una charla técnica con sus jugadores de cara al choque de hoy contra el Al-Saad.

El técnico del Barcelona, Pep Guardiola, sostiene una charla técnica con sus jugadores de cara al choque de hoy contra el Al-Saad. Crédito: EFE

YOKOHAMA, Japón (EFE).- El Barcelona buscará hoy, ante el Al Sadd, su pase a la final del Mundial de Clubes, para lo que deberá sobreponerse a la fortaleza física y al contragolpe del equipo catarí y, también, al desfase de horario.

A pesar de que el Barsa no debería tener problemas para deshacerse del Al-Sadd, el equipo de Doha saldrá al campo sin nada que perder y con el rigor táctico, una firme defensa y la velocidad de sus puntas como sus principales armas.

El entrenador del Barcelona, Josep Guardiola, consciente de que se trata de una competición muy dura en la que suele haber sorpresas, jugará además con un factor en contra: la adaptación al cambio horario de sus jugadores (ocho horas más que en España).

Según el entrenador catalán, en los tres días que llevan en Japón aún hay algunos jugadores que no pueden dormir bien y se levantan de madrugada afectados por el desfase de horario.

A pesar de no haber dado pistas del equipo que debutará hoy en esta edición del Mundial de Clubes, el técnico azulgrana podría optar por salir con muchos de sus jugadores titulares y ver cómo se va desarrollando el encuentro, consciente del peligro de los contragolpes del rival.

Por su parte, el entrenador uruguayo Jorge Fossati, exentrenador del combinado de su país de 2004 a 2006, ha aportado mucho orden a un equipo que fía sus posibilidades a la capacidad goleadora del trío de africanos formado por el senegalés Mamadou Niang, el argelino Belhadj y el marfileño Kader Keita.

Los tres atacantes, todos con “pasado” y experiencia en Europa, son el arma secreta a la que se aferra Fossati, que podría optar por un equipo muy defensivo y un centro del campo combativo que intente anular la zona de creación azulgrana, a la espera de un golpe de suerte que les ponga por delante.

El Barcelona, fortalecido por su victoria del pasado sábado en el Santiago Bernabéu frente al Real Madrid, jugará además con el animado público japonés a su favor.

Con las entradas para el partido de semifinales vendidas hace unos tres meses, se espera que el estadio esté totalmente entregado al equipo de Guardiola, que no querrá perder la oportunidad de mostrar su mejor versión.

Desde que el equipo pisó Japón, centenares de aficionados nipones les han seguido de cerca en un intento por ver a sus ídolos y conseguir una fotografía o un autógrafo, sobre todo de su máximo objetivo, el argentino Leo Messi.

Hoy será una gran oportunidad para que el Barcelona afiance su estatus de favorito de este certamen y que dé un paso de gigante para imponer su futbol y acercarse a su sueño de jugar la final -contra Santos- que le permita alzar un título que acredita al campeón como mejor equipo del mundo.

El entrenador Josep Guardiola aseguró ayer que el equipo se encuentra concentrado “al cien por cien” para el choque ante el Al Sadd catarí, un equipo “peligroso a la contra”.

En rueda de prensa antes del entrenamiento en el Estadio Internacional de Yokohama, Guardiola ha mostrado también su preocupación por la adaptación de sus jugadores al cambio horario.

Es “la mayor preocupación”, ha dicho Guardiola, que ha asegurado que después de tres días en Japón aún “hay jugadores que se levantan a las tres y media de la madrugada y no pueden conciliar el sueño”.

Pese a la preocupación por la adaptación al cambio de horario (de ocho horas más que en España), el entrenador afirmó: “Llegamos en buen tono físico y se ve que todos quieren jugar. Están preparados”.

De su rival, Guardiola destacó que es un equipo “con una conducción de balón muy rápida”, jugadores físicamente muy fuertes y que, a pesar de no tener “mucho juego de conjunto, a la contra pueden ser peligrosos”.

Guardiola aseguró que la victoria sobre el Real Madrid del sábado “es pasado”, y que el equipo debe centrarse en las semifinales y demostrar que “merece el derecho de jugar la final” y lograr un título que, afirmó, es uno de los que “más ilusión” le hace.

Guardiola, que perdió una final de este torneo como jugador en 1992 contra el Sao Paulo brasileño, descartó que vea esta nueva oportunidad “como una venganza”, ya que “en el deporte no es una buena forma de afrontar las cosas”.

Respecto a la información de ayer del diario deportivo Marca sobre la posible venta por parte del club catalán del delantero David Villa, Guardiola enfatizó: “Marca miente”.

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