Teatro con mensaje

Bill Virchis repone pastorela con critica social

'El teatro permite dar voz a quien no la tiene', dice Bill Virchis.

'El teatro permite dar voz a quien no la tiene', dice Bill Virchis. Crédito: EFE

SAN DIEGO.- El llamado padre del teatro chicano en San Diego, Bill Virchis, repone su Pastorela del valor, con la que a través de la arquetípica lucha del bien y el mal hace una crítica social que este año incluye al movimiento occupy y el Dream Act.

Virchis dijo que el teatro permite dar voz a quien no la tiene y cumplir sueños, por lo que como educador y dramaturgo ha logrado preservar la herencia multicultural de San Diego y al español dentro de las artes escénicas locales.

La pastorela es una tradición popular que se remonta a los comienzos del cristianismo y que durante muchos años fue clandestina. Los españoles la llevaron a México en 1540, donde se convirtió en la forma más popular del teatro y donde cada año se representan más de 2,500 versiones diferentes.

Virchis, profesor emérito de teatro en el Southwestern College y uno de los principales directores hispanos en Estados Unidos cuenta con producciones de Jesucristo Superestrella, Zoot Suit y Selena Forever en su currículum.

Nacido en 1951 en Ciudad de México, pero criado en Chula Vista, California, Virchis dijo que su primera experiencia con el racismo fue en Texas, en 1955, durante un viaje familiar en el que fueron discriminados al no poder sentarse al frente de una cafetería y ser llamados “grasientos”.

Incidentes como este hicieron que su padre le recomendara cambiarse el nombre, de Guillermo Alejandro a Williams, con la esperanza de que le facilitara la vida en Estados Unidos, y no sería sino hasta sus años de militancia en el movimiento chicano cuando volvió a utilizar su nombre original.

Virchis acredita a la estética del teatro de carpas mexicano, popular en los años 30 y 50, junto con la del cine de oro mexicano, como fuentes de su teatro satírico, en el que el pueblo es más inteligente que los de arriba.

“Me crié con Cantinflas, Tin Tán y Mantequilla; eran mis héroes, Cantinflas sobre todo; mi hermano me decía, ‘¡Eres un payaso!’, y para mí era una medalla de honor”, dijo.

Virchis superó una condición congénita que le hizo pasar largos periodos en un hospital en México, hasta que cumplió los seis años.

“Siempre he tenido drama en la vida. Nací con mis pies casi completamente al revés. Un ortopedista muy famoso, Alejandro Velasco Zimbrón, me adoptó; yo era su proyecto mayor. Me hizo caminar. Era como en [la cinta] Forrest Gump; mi mama lloró cuando vio esa película; me decía, ‘¡Corre, Billy, corre!'”, dijo Virchis.

Pese a que entonces pronosticaron que cuando cumpliera 50 años estaría en una silla de ruedas, cuando Virchis creció se destacó en la expresión corporal, particularmente en la lucha grecorromana, el baile y la mímica, disciplina que estudió con célebre mimo francés Marcel Marceau.

Su experiencia lo marcó pues, más que llorar, prefiere que quien se enfrenta a retos desarrolle todas sus capacidades.

Virchis, quien ha ganado numerosos reconocimientos como educador, dijo tener una relación paradójica con la escuela, pues nunca le gustó mucho estudiar pero entendió pronto el valor de la educación.

“No solo me permitió descubrir mi ignorancia”, dijo Virchis, sino que le dio dignidad a su andar por el mundo, pues “si eres pobre pero vas a la escuela, eres honorable. Si no, eres solo un vago”.

El teatro, en sus inicios, fue la voz de la sociedad, dijo Virchis, el periodismo de su tiempo. En California, ese papel ha sido cumplido por el teatro campesino de Luis Valdez, quien junto con su hermano Daniel vino a San Diego en la década de 1960 con The San Francisco Mime Troupe.

Virchis dijo que el teatro campesino de Valdez fue similar a la tradición de las carpas en México, incorporando la realidad de los jóvenes mexicoamericanos en Estados Unidos.

“Yo era chicano, hablaba spanglish; mi mamá me decía, ‘no hables, mijo’. Enfrentábamos prejuicios por hablar bien el español. El teatro chicano nos dio también una voz”, dijo.

Virchis consideró que ahora, en San Diego, el Teatro Lyceum, donde se presenta la pastorela con la compañía Teatro Máscara Mágica, es uno de los pocos espacios en los que el activismo encuentra un lugar en el teatro.

Virchis dio fuerza a la tradición de la pastorela en San Diego hace 21 años, como una alternativa al Cuento de Navidad de Dickens que pudiese incluir comentario político.

La vida es como las pastorelas, dijo Virchis, pues como personaje tienes que tomar decisiones enfrentando al diablo que busca impedirte que sigas tu camino y que cumplas tus sueños.

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