El tamal también es sabor y cultura

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Rosa Cervantes prepara bolsas con tamales recién hechos para los clientes del restaurante donde trabaja.

Rosa Cervantes prepara bolsas con tamales recién hechos para los clientes del restaurante donde trabaja. Crédito: Fotos: Aurelia Ventura / La Opinión

“Para celebrar la Navidad siempre debe haber tamales, es algo que tiene que estar en la mesa”, comentó Adán Decena cuando salía ayer de un restaurante en el Este de Los Ángeles cargado con esos envueltos de masa.

“Es la tradición de nosotros los mexicanos”, dijo mientras equilibraba un par de vasos de champurrado y las bolsas con las seis docenas de tamales. “Es importante tener siempre un tamal en la mesa, aparte del pavo o de lo que se haga en la cena de Navidad”.

El tamal, vocablo de origen náhuatl (tamalli) que significa “envuelto”, se ha convertido en platillo casi indispensable en las familias hispanas de Los Ángeles, donde tortillerías o restaurantes especializados se ven saturados de clientes durante la víspera de la Nochebuena.

En Amapola Deli & Market, un negocio que abrió sus puertas en Los Ángeles hace 50 años, desde el 21 de diciembre ha estado procesando 60 mil libras diarias de maíz para la masa de los tamales.

Por su parte, en Tamales Liliana’s, un popular restaurante del Este de Los Ángeles, ayer esperaban vender unos 150 mil tamales de rajas con queso, rojos con carne de res, verdes con carne de puerco, pollo con verdura, dulce, elote, etc.

Carlos Galván, vicepresidente de Amapola Deli & Market, dijo que los días previos a la cena navideña trabajan a marchas forzadas durante día y noche, procesando enormes cantidades de maíz.

“Ahorita nos acaban de entregar 900 sacos de 50 libras, y eso se acaba rápido en un día”, mencionó.

El maíz en el Sur de California siempre será un buen negocio, dijo, porque muchas familias hispanas lo consumen.

“Es lo que a nosotros nos ha beneficiado, que hay una base muy fuerte de inmigrantes”, comentó Galván, hijo y nieto de los fundadores de esta empresa.

Adriana Acosta, de Tamales Liliana’s, comentó que ya se ha vuelto tradición que el 23 de diciembre se formen largas filas.

“Es un negocio familiar, aquí trabajamos pura familia, somos como unos 30”, mencionó.

Los 150 mil tamales que ayer esperaban vender, contrastan con los mil o dos mil tamales que venden en un día normal.

A pesar de que cuentan con mucha competencia, el éxito de Liliana’s, consideró Acosta, es por la receta de los abuelos.

“La gente nos dice que los tamales saben muy caseros, que se parecen a los que hace su abuelita o su mamá”, comentó. “La gente siempre va a buscar los tamales para Navidad por la tradición de los mexicanos Nosotros somos de Zacatecas y es lo que se acostumbra a comer, junto con el champurrado y los buñuelos”.

En la cocina de este negocio familiar que hace 20 años inició operaciones frente al Mercadito del Este de Los Ángeles y hoy opera en la avenida César Chávez, César Acosta comentó que desde las 3:00 a.m. empiezan a cocinarlos, pero que se preparan con mucha anticipación para el día más ajetreado del año.

“La industria del tamal en Los Ángeles ha crecido por la influencia latina. Cada persona tiene sus gustos, pero año con año la gente sigue comprando tamales en estas fechas, porque la Navidad significa tamales”, comentó el cocinero.

La señora María Salcido es una amante de esos envueltos de masa con carne.

“Porque son bien sabrosos, toda nuestra vida hemos comido tamales en Navidad y pues seguimos una tradición. Antes nos juntábamos en la casa para hacerlos, pero ahora ya todos son muy flojos y no quieren hacerlos porque es mucho trabajo, por eso mejor los compramos”, mencionó.

Linda Abundis, una indígena estadounidense, también se compró sus tres docenas para agasajar a su familia que viene a visitarla de Nuevo México. “Yo creo que el tamal es ya también parte de nuestra cultura”, comentó. “Yo no soy mexicana, pero mi mamá solía hacerlos allá en Nuevo México”.

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