Ewan McGregor en plena acción

El actor escocés se une a Michael Douglas y Antonio Banderas en el excéntrico thriller 'Haywire', de Steven Soderbergh

Ewan McGregor  y su esposa Eve Mavrakis el pasado domingo en la entrega de los Globos de Oro en Beverly Hills.

Ewan McGregor y su esposa Eve Mavrakis el pasado domingo en la entrega de los Globos de Oro en Beverly Hills. Crédito: AP

George Lucas, Ridley Scott, Tim Burton, Danny Boyle, Bryan Singer, Roman Polanski, Michael Bay, Woody Allen, Ron Howard, Baz Luhrmann y Peter Greenaway son algunos de los cineastas más exitosos o aplaudidos de las últimas décadas.

Han dirigido, respectivamente, películas como las tres más recientes entregas de Star Wars, Black Hawk Down, Big Fish, Trainspotting, Jack the Giant Killer (que se estrenará este año), The Ghost Writer, The Island, Cassandra’s Crossing, Angels and Demons, Moulin Rouge! y The Pillow’s Book.

¿Y qué tienen en común todos estos largometrajes? Ewan McGregor.

El actor escocés, que el próximo mes de marzo cumplirá 41 años, lleva ya dos décadas navegando las aguas de la cinematografía mundial, aceptando desafíos (sus primeros años, donde no tenía inconveniente en salir desnudo si el guión así se lo exigía) y sin dar la espalda a superproducciones de envergadura.

En 2011, McGregor estrenó una de las cintas más entrañables del año, Beginners, donde dio vida al hijo de Christopher Plummer, este en el papel de un jubilado que, a los setenta y pico años decide salir del armario.

Ahora le toca el turno a Haywire, cinta de acción, aunque no del todo convencional, que ha dirigido otro grande del cine reciente, Steven Soderbergh (Ocean’s 11, Contagion).

En el filme, que llega a las pantallas mañana, la estrella de The Phantom Menace -cuya reposición mundial en tres dimensiones está al caer- encarna a un misterioso individuo que encarga a una agente mercenaria (la doble de acción Gina Carano) una serie de casos alrededor del mundo… pero no todo es lo que parece y aquellos que aparentan ser buenos, podrían ser villanos; y estos puede que sean aún peores.

“Como director, Steven es muy distinto al resto: se sienta detrás de la cámara, ilumina la escena… Primero de todo ensayamos y nos da mucha libertad, nos deja explorar…”, explica McGregor sobre el estilo de Soderberg.

“Una vez rodamos se muestra completamente al mando de todo pero al mismo tiempo es tan relajado… Es muy experimentado y uno lo siente. Eso también te da, como actor, una sensación completa de tranquilidad.

Además, rueda muy rápido. Como la secuencia de mi pelea con Gina. La rodamos solo en dos días y entre las 3:30 y 5:30 de la tarde, durante la puesta de sol en la playa. Pensé: ‘dos horas en solo dos días… Eso no será fácil’. Pero lo fue”.

Además, el director de Traffic siempre hace filmes con presupuestos reducidos, 20 millones en el caso de Haywire. “Es mucho más productivo”, reconoce el actor. “En las grandes producciones hay un gran desperdicio de dinero. Cuando se tienen 20 millones de dólares para hacer una película, todo está al servicio de ella. No existe la impresión de que se puede perder el tiempo”.

“Por eso me gusta hacer cine independiente, porque todo está concentrado en hacer el trabajo bien hecho. Todo es más preciso y creo que terminas haciendo un mejor trabajo, porque no tienes segundas oportunidades. Hay que hacerlo todo rápido. Nada se puede dejar para mañana”.

Hay una escena en la que McGregor actúa frente a Michael Douglas y Antonio Banderas, coprotagonistas de la cinta. Los tres muestran estilos de actuación distintos, algo que el primero no atribuye a una decisión consciente.

“No, tú sólo piensas en tu personaje”, afirma durante una entrevista en un hotel de Beverly Hills. Y la verdad es que los personajes están escritos de forma muy precisa. Cuando empiezas a rodar, tu trabajo es darle sentido a tu personaje, hacerlo real. Nunca creo que llegas a plantearte el hacer algo distinto al otro actor. Tu estás en la escena, llevas los zapatos de tu personaje y todo lo que haces, lo haces sinceramente y lo mejor que puedes”.

Aunque Haywire se ha descrito como una película de acción, poco tiene que ver con títulos como Die Hard, Lethal Weapon o la saga de filmes Jason Bourne. Es un género que a Ewan McGregor no le atrae especialmente.

“No soy un fan del cine de acción porque es muy predecible”, responde contundentemente. “Es difícil para una película de acción que sea fresca, nueva… No me interesan las explosiones. Me interesa más la gente, los seres humanos y como interactuamos. El drama de quiénes realmente somos como seres humanos es lo que a mí me interesa como actor y como espectador”.

“Las películas de acción no hacen eso: siempre sabes quién acabará con la chica, qué pasará con el malo… No soy un gran fan. Por eso me atrajo Haywire, porque es más una exploración acerca lo que significa ser esa clase de soldado por alquiler [mercenario]. Podemos observar cómo funciona la mente [de Gina]. Y sí, tiene escenas de acción, pero Steven elevó el conjunto mucho más allá del cine de acción convencional. Es mucho mejor, es mucho más elegante…”

A finales de este año, el actor estrenará The Impossible, o mejor dicho, Lo imposible, el segundo filme como director del español Juan Antonio Bayona, responsable de El orfanato (2007).

En la película McGregor es el marido de Naomi Watts, con la que trabajó en Stay (2005). Los dos, junto a sus hijos, tratan de sobrevivir al tsunami que afectó a Tailandia en 2004. Se trata de una historia verídica inspirada en una de las familias españolas que estuvieron presentes durante la catástrofe.

“Aún no la he visto acabada, pero sí he visto breves momentos. Me parece muy interesante. Me gustó mucho”, explica. “Me encantó volver a trabajar con Naomi. Me encantó trabajar con los niños protagonistas. Fue una película muy difícil de hacer porque es un tema muy delicado. Es un desastre en el que mucha gente perdió sus vidas. Sentí la responsabilidad de ser muy cuidadoso. No quise que hubiera ningún instante ‘de película’.

Le dije a Juan Antonio que no quería usar el tsunami como una excusa para hacer una película de desastres. Y no creo que eso es lo que hemos hecho”.

“Hemos hecho una película con gran cuidado e integridad y espero que la gente que estuvo allí y perdió a familiares la vean desde ese punto de vista. Siempre vi la historia como un estudio de la familia. Llevo 15 años ya como padre y no creo que haya explorado ese lado de mí en una película. Pensé que, aunque se trate de un caso extremo, sí es realmente una exploración acerca del amor completo que sentimos por nuestros hijos. Observar eso en una situación límite de esa magnitud fue dramático”.

The Impossible es su primera película española. “Me gustó mucho trabajar con Juan Antonio. Es un personaje encantador. [En España] se trabaja mucho más lento de lo que estoy acostumbrado [risas]. ¡Porque hablan mucho! [risas]. A veces me preguntaba: ‘¿por qué no nos ponemos a trabajar de una jod… vez?’ [risas]. Pero al final eso me gustó. Terminé pasándomelo bien”.

“Y me encantó el hecho de que todo el equipo sabía como pasárselo bien una vez no estábamos rodando. Y lo tarde que se hace todo en España. ¡Y lo tarde que llegan! Si la cena estaba programada a las nueve de la noche, los americanos e ingleses del equipo estábamos allí a la hora. ¿Los españoles? Llegaban a las 10:30…”, concluye.

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