Empezó bajo cero, pero es un gran guerrero

Nació con una rara enfermedad y su vida depende de transfusiones; su familia no se da por vencida.

Eduardo Cholula sufre una rara enfermedad en la sangre. Aquí, con sus padres Olivia y Eduardo

Eduardo Cholula sufre una rara enfermedad en la sangre. Aquí, con sus padres Olivia y Eduardo Crédito: J. Emilio Flores / La Opinión

Que un pequeño de nueve años se sostenga de pie enmedio de la sala de su casa y sonría no parece ser un hecho extraordinario. Sin embargo, para Eduardo Cholula Jr., “Eduardito”, lo es y todos los días su familia se esfuerza para poner al menos una sonrisa en sus labios.

Debido a una enfermedad llamada Diamond Blackfan Anemia o DBA, Eduardito no puede sostenerse de pie ni alimentarse por sí solo. Tampoco puede hablar. La DBA es un caso extremo de anemia, de la cual existen apenas un poco más de 300 casos en Estados Unidos.

Actualmente en el Children’s Hospital de Los Ángeles (CHLA) existen de 25 a 30 casos de DBA, en pacientes entre 1 y 18 años de edad, entre ellos Eduardito quien nació prematuro, pesó apenas una libra y los vasos capilares de sus ojos no lograron formarse en su gestación, por lo que también es ciego de nacimiento.

Todo su primer año de vida permaneció en cuidados intensivos con transfusiones sanguíneas a diario a consecuencia de la DBA, y por esa misma razón, sus órganos vitales: pulmones, hígado y riñones tienen diversas complicaciones.

Ahí, en la sala de cuidados intensivos, durante las largas noches en vela y medio de toda esa adversidad, Eduardo el padre del menor se inspiró para escribir su primer libro titulado Comenzando Bajo Cero, en honor a su hijo quien desde antes de nacer ya tenía serios problemas de salud, después fue El Pequeño Gran Guerrero, después vinieron otros cinco.

Según los médicos la DBA consiste en una falla genética de la médula espinal, en la cual el organismo del paciente no produce glóbulos rojos, que son los responsables de acarrear el oxígeno a todos los tejidos, se diagnostica generalmente durante el primer año de vida y en el 50% de los casos, es hereditaria. Se presenta por igual en todas las razas y tanto en hombres como en mujeres.

Los dos tratamientos más comunes para la enfermedad son suministro de corticoides o transfusiones de glóbulos rojos. Otra opción es la quimioterapia o el trasplante de médula ósea, la cual a la larga puede dar al paciente una vida prácticamente normal, aunque existe el riesgo de manifestar leucemia más adelante en la vida.

Sin embargo, un cuadro complicado como el de Eduardito, con un estado de salud que su médico, el Dr. Thomas Hofstra califica como “muy complicado y frágil”, no es candidato a trasplante.

El Dr. Hofstra, hematólogo y coordinador de Educación Médica del CHLA, ha tratado a Eduardito desde su nacimiento.

“Un trasplante de médula es riesgo de muerte para Eduardo”, declaró el médico.

El único tratamiento que puede mantener vivo al pequeño es la transfusión de glóbulos rojos cada dos semanas.

Por esa razón, desde 2003, la familia Cholula organiza de dos a tres campañas por año de donación de sangre en el Children’s Hospital de Los Ángeles.

Pero el gran esfuerzo que la familia Cholula invierte en estas campañas, a veces arroja resultados frustrantes.

“Mandamos e-mails, folletos, salimos a la calle a hablar con personas, y a veces la gente nos dice cosas muy hirientes, como que tienen SIDA, con tal de no donar, o que nuestra causa no vale la pena”, expresa Olivia Cholula, madre de Eduardito.

Charif Masri, científico del centro de donación de sangre del CHLA, explica que un porcentaje considerable de sus pacientes son hispanos, “pero a causa de la barrera del idioma y cultura, no vemos muchos donantes latinos”.

Para los padres de Eduardito, la vida es difícil. Eduard, su padre, muestra visibles secuelas de la poliomielitis que lo atacó de niño y camina con la ayuda de un bastón.

Fue despedido de su empleo el día en que su esposa fue internada de emergencia porque el pequeño Eduardo tenía dos vueltas de cordón umbilical en el cuello que le sofocaban la alimentación.

Desde entonces, ninguno de los dos tiene trabajo estable y viven al día.

“Hemos llorado bastante”, comparte el padre.

“Pero tenemos fe” enfatiza la madre “aún en contra de la ciencia, tenemos fe”.

Durante el 10 y 11 de febrero, de 8:00 a.m. a 2:00 p.m., en Centro de Donacion de Sangre ubicado en el 4650 Sunset Blvd., los padres y hermanos de Eduardito esperarán a los que llaman “héroes anónimos”, para que regalen a Eduardito y a muchos niños más, el milagro de vivir.

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