Camiones a marcha lenta
El ingreso de camiones mexicanos a Estados Unidos es una parte importante del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) que permanece incumplida. Es inadmisible que a 17 años de la firma del pacto comercial solo haya una empresa mexicana autorizada a pasar el límite de 40 kilómetros, dentro de territorio estadounidense, para llevar mercancía proveniente de México.
El cumplimiento de esta cláusula ha enfrentado numerosos escollos especialmente de parte del Sindicato de Camioneros que se vería directamente afectado por el ingreso y tránsito de conductores mexicanos por las carreteras estadounidenses. Durante años ellos aprovecharon con éxito los prejuicios existentes hacia México para advertir sobre peligros infundados contra los vehículos y conductores mexicanos.
Después de años de marchas y contra marchas, la administración Obama resucitó el año pasado un programa para permitir el ingreso de camiones de México. En el 2009 la Casa Blanca eliminó una iniciativa similar de la administración de Bush, acción que desencadenó una imposición de tarifas por parte de México de 2,000 millones de dólares a los productos agrícolas estadounidenses.
El entusiasmo del gobierno demócrata a dejar entrar los camiones mexicanos es mínimo por las presiones sindicales, pero es absurda la lentitud del proceso establecido en octubre pasado. Hay una sola empresa de transporte aprobada, y hay otras 20 esperando su turno.
Esta es una cifra muy baja para la expectativa original de que esta sería otra vía para una mayor integración económica de la región. En vez de unir, la disputa por los camiones ha distanciado por varios años a las dos naciones.
La lentitud conque ahora avanza no muestra mucho interés en Washington, ni tampoco permite demasiado optimismo por el avance del proceso para el ingreso de los camiones mexicanos.