Incapaces de detectar a los pedófilos

Maestros no están capacitados para identificar señales potenciales de peligro sexual para los menores

Mark Berndt (der.), maestro de la escuela Miramonte, acusado de una veintena de actos lascivos contra varios de sus estudiantes.

Mark Berndt (der.), maestro de la escuela Miramonte, acusado de una veintena de actos lascivos contra varios de sus estudiantes. Crédito: AP

(AP).- Muchos docentes escolares de todo el país están capacitados para descubrir pistas de abuso y descuido infantil, pero la mayoría no están capacitados para detectar las señales de pedófilos en las aulas, lo que deja una zona gris que podría permitir que los maestros que abusan de menores actúen en los recintos escolares sin ser detectados.

Los expertos afirman que una mayor capacitación de ellos y administradores escolares para detectar comportamientos sospechosos podría ayudar a atrapar a los abusadores, y señalan el caso de un exmaestro de tercer grado de Los Ángeles que está acusado de alimentar a un par de docenas de estudiantes con galletas con semen, además de vendarles los ojos y amordazarlos durante un periodo de cinco años.

“Hay patrones de comportamiento claros y constantes. Si se los conoce, saltan a la vista”, afirmó Diane Cranley, fundadora de Talk About Abuse to Liberate Kids (Hablar sobre el abuso para liberar a los niños) con sede en Laguna Niguel. “Pero no se conocen”.

Solamente una fracción de los de 3 millones de educadores del país están involucrados en algún tipo de comportamiento sexual indebido con niños. Aunque no se lleva ninguna estadística nacional, una investigación de Associated Press de 2007 halló 2,500 casos en todo el país durante cinco años en los que los educadores fueron sancionados por abuso sexual.

Pero se considera que esa cantidad es solo una porción del total de incidentes de comportamiento sexual indebido.

La mayoría de los casos de abuso no se denuncian porque los niños son amenazados para que no lo revelen, o se sienten demasiado avergonzados. Por otra parte, muchos casos denunciados se desestiman porque no se le cree al niño o no se pueden probar las acusaciones.

A partir del arresto del mes pasado de Mark Berndt, de la escuela primaria Miramonte, han aparecido otros seis casos de relaciones sexuales indebidas entre estudiantes y docentes o empleados escolares en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), el segundo sistema educativo más grande del país.

La policía y las autoridades escolares atribuyen este aumento a una mayor conciencia como consecuencia de la notoriedad del caso. Desde el arresto de Berndt, han recibido una gran ola de denuncias de posibles abusos sexuales.

El predominio de las denuncias de abuso pone de manifiesto la necesidad de capacitar a los empleados escolares para lograr un mayor conocimiento, indicó Victor Vieth, director ejecutivo del Centro de Capacitación Nacional para la Protección de los Niños en Minnesota.

La mayoría de los distritos escolares del país le exigen a los docentes y a otros empleados que realicen un curso de capacitación para detectar señales de abuso y descuido infantil. El personal escolar, así como otros profesionales como la policía, los médicos y los asistentes sociales, son individuos con obligación de denunciar las sospechas de abuso infantil a las autoridades del orden público, según lo indican las leyes estatales. Si no lo hacen, pueden ser procesados.

Pero muchos cursos de capacitación se concentran en cómo detectar las señales que indican que un niño está siendo abusado fuera de la escuela, a través de dibujos que el niño pueda hacer, cambios en el comportamiento y magullones sospechosos. Generalmente no incluyen instrucciones sobre cómo detectar comportamientos sospechosos de una persona abusadora y menos aún de un colega.

“Debemos enseñarles a los docentes que los abusadores sexuales no usan gabardinas, a observar patrones, a tener esa intuición y expresarla”, dijo Vieth, cuya organización ha desarrollado un plan de estudio universitario para ayudar a los maestros en formación a estar más atentos para proteger a los niños.

El LAUSD redobló la capacitación para prevenir el abuso infantil después de un caso de 2008 en el que un subdirector fue encontrado culpable de abusar de un estudiante. Parte del curso implica demostrar a empleados cómo responder a 40 escenarios de abuso diferentes, incluyendo el de un colega que abusa de los estudiantes, pero es posible no todos los empleados escolares hayan recibido ese escenario en particular, señaló Lydia Ramos, portavoz del distrito.

En respuesta al caso de Miramonte, a comienzos de esta semana se les exigió a los directores que demostraran al personal el escenario específico que incluía las señales de un pedófilo en un recinto escolar, dijo.

El problema es que las señales de alerta de un abusador de menores pueden ser interpretadas como inocentes y ser desestimadas fácilmente.

Los antiguos estudiantes y los padres de la escuela Miramonte consideraban que Berndt era amable y afectuoso, aunque un tanto extravagante. Los padres se divirtieron mucho con los shorts y las medias elásticas negras que usó como parte del disfraz de ratón para Halloween.

Les ofrecía galletas a los niños y le gustaba sacarles fotos. Los llevaba a excursiones, les enviaba tarjetas y regalos de cumpleaños y asistía a fiestas en sus casas. Tenía insectos exóticos en terrarios en su salón de clase y tocaba música divertida. Parecía que le gustaban los niños de forma genuina y tenía el don de establecer un vínculo con ellos.

Pero los fiscales afirman que también tenía una inclinación más oscura, colocar su semen en galletas, tomar fotografías mientras los niños las comían, vendarles los ojos y amordazarlos. Jugaba a “juegos de degustación”, según le dijo a los niños, y en ocasiones los retiraba de algún programa después del horario escolar para ir solos a su salón de clase.

Berndt se declaró no culpable de 23 cargos de comportamiento lascivo con un menor.

El comportamiento excesivamente infantil, la complicidad excesiva con los niños y sus padres, los regalos y favores, distinguir a algunos niños como especiales, tomar fotografías, estar solo con un niño y seleccionar niños son señales típicas de un abusador que “cautiva” a los niños para obtener lo que quiere de ellos, afirman los expertos.

Los colegas, sin embargo, pueden considerar esos hábitos poco comunes, pero no siniestros.

Denunciar las manías de un colega es una situación difícil para un docente, indicó Frank Wells, portavoz de la Asociación de Docentes de California. “No es fácil ir y decir fulano es raro”, dijo.

El programa gratuito del Departamento de Servicios Sociales del estado para capacitar a los empleados que están obligados a denunciar el abuso infantil cubre distintos tipos de abuso en distintos entornos, incluyendo abuso sexual, pero no incluye la concientización sobre el comportamiento pedófilo.

Esta podría ser un área a ampliar en el programa, pero es un asunto de capacitación diferente, señaló Jennifer Davis, subdirectora médica del Centro Chadwick para Niños y Familias del Hospital Infantil Rady en San Diego, que ha desarrollado el curso gracias a una subvención estatal de 600,000 dólares durante tres años.”Es un asunto resbaladizo determinar en qué consiste un comportamiento sospechoso”, dijo.

Los defensores de la protección a los niños afirman que las escuelas podrían simplemente tomar más medidas para reducir al mínimo las oportunidades de acción de los pedófilos. Eso incluye aprobar reglas tales como no permitir que los docentes estén solos con los niños, no permitir que se tranquen las puertas de los salones de clase, ni retirar a los niños de una clase sin una razón autorizada.

Eso pudo haber ayudado en un caso del mes pasado en Clovis, Calif., Distrito Escolar Unificado, donde un docente de gimnasia enfrenta varios cargos por supuestamente retirar a una estudiante de segundo año de la clase de educación física y llevarla a un salón de clase vacío en al menos cuatro oportunidades para jugar al “juego de la paleta”, vendarle los ojos y obligarla a que le ofreciera sexo oral mientras él la fotografiaba.

El caso fue descubierto cuando la madre de la niña observó la clase al aire libre y notó que ni el docente ni su hija estaban allí.

Establecer límites para interactuar con niños, como prohibir las visitas a los hogares, ofrecer regalos, realizar excursiones informales y tomar fotografías, hace que sea más sencillo detectar a los infractores y denunciarlos, señalan los expertos.”Si se separa el blanco del negro, es algo muy claro”, dijo Cindy McElhinney, directora de programas en Darkness to Light, una organización sin fines de lucro con sede en Carolina del Sur que lleva a cabo cursos de capacitación sobre concientización de abuso sexual y ha realizado talleres para padres en LAUSD. “A los docentes los alivia mucho”.

Esas reglas se han convertido en algo de rigor durante los últimos años en organizaciones que prestan servicios a jóvenes como Big Sisters of America y Boy Scouts of America que se han visto sacudidas por acusaciones y demandas de abuso sexual.

Charles Wilson, director principal del Centro Chadwick, que cuenta con estrictas políticas que rigen la interacción entre empleados y niños, señaló que la clave es el conocimiento: “Se trata de transformar la cultura del silencio en una cultura de la vigilancia”.

En esta nota

capacitación escuelas maestros pedófilos protección
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain