Primarias republicanas se alargarían hasta el verano

Lo principal es quién tiene los delegados necesarios para ganar en la convención y cada uno de los precandidatos está aún muy lejos de esa cifra

El candidato presidencial republicano Rick Santorum durante un acto en la Cámara de Comercio de Livonia, Michigan.

El candidato presidencial republicano Rick Santorum durante un acto en la Cámara de Comercio de Livonia, Michigan. Crédito: EFE

PHOENIX, Arizona.— Aún cuando Mitt Romney se impusiera decisivamente hoy en las primarias republicanas de Arizona y Michigan, la competencia interna republicana probablemente se extenderá durante toda la primavera y hasta entrado el verano, coinciden los expertos.

La razón está en los números, el conteo de delegados. Tal y como sucedió en la primaria entre el presidente Barack Obama y la hoy Secretaria de Estado, Hillary Clinton, la cuestión se reduce a quien tiene los delegados necesarios para ganar en la convención y cada uno de los precandidatos está aún muy lejos de esa cifra.

A pesar de todo el ruido que la primaria republicana ha generado, hasta hoy sólo se han repartido, según el conteo más reciente según The Wall Street Journal, unos 247 de los 1,144 delegados que uno de los candidatos necesita para ganar.

Y esos están repartidos más o menos así:123 para Mitt Romney, 72 para Rick Santorum, 32 para Newt Gingrich, 19 para Ron Paul y 2 para el retirado Jon Huntsman. Hoy se reparten 30 en Michigan y 29 en Arizona, pero en el primer estado se reparten proporcionalmente dependiendo del voto y en el segundo, todos van al ganador. Las reglas no pueden ser más complejas.

“Esta es la manera que el Partido Republicano decidió llevar a cabo su proceso primario en esta ocasión, con estados que reparten delegados proporcionalmente y no todos al ganador, como era antes”, dijo la politóloga Cristina Greer, de Fordham University.

Este proceso, combinado con la aparente falta de un candidato unificador, que arrastre con el voto de la mayoría de los republicanos, ha producido un “proceso mucho más largo, que en realidad puede resultar contraproducente: mientras más tiempo se tarde más se gastarán en temas interpersonales entre republicanos y menos en enfocarse contra el presidente Obama”, apuntó Greer.

La gran prueba de hoy es, en realidad, Michigan, un estado de Grandes Lagos que bordea al norte con Canadá y al sur con Ohio e Indiana. La encuesta más reciente muestra a Mitt Romney con apenas dos puntos de ventaja sobre el que es ahora considerado su más cercano competidor, el ultraconservador religioso Rick Santorum.

En Arizona, Romney es considerado el favorito en la interna republicana y las encuestas lo muestran con amplia ventaja. Arizona tiene una importante población de religión mormona, como Romney.

Pero en Michigan, Romney se juega la credibilidad de su campaña, ya que no sólo nació en ese estado, sino que su padre George fue gobernador allí en los años sesenta.

“El problema es que si pierde Michigan o el triunfo es por poco margen, las dudas sobre Romney seguirán o aumentarán porque este es un estado del que su papá George fue gobernador y además Romney nació aquí”, señaló la politóloga Sherry Bebitch Jeffe de la Universidad del Sur de California (USC).

Pero pase lo que pase, el proceso seguirá aún más allá del Super Martes del 6 de marzo, cuando votan 11 estados y se reparten más de 400 delegados, indicó Jeffe.

Allí hay muchos estados del sur que no son tan favorables a Romney, por lo que de nuevo podría haber repartición de delegados para alguien como Newt Gingrich, que proviene de esa región, agregó la experta.

“Claramente hay poca satisfacción con las opciones existentes y la dinámica cambia constantemente. Ningún candidato ha concentrado el apoyo de la mayoría y pareciera que la contienda cambia con el viento”, apunto Costas Panagopoulos, otro politólogo que observa la competencia.

En Arizona hay 1.8 millones de latinos, casi 30% de la población total y poco menos de la mitad son potenciales votantes (766,000), alcanzando un 18% de la población votante del estado. En Michigan hay 436,000 latinos, un 4.4% de la población y sólo un 2% de los votantes son latinos.

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