Luis Miguel exige mucho y triunfa más

Morrissey durante su show del viernes.

Morrissey durante su show del viernes. Crédito: AP

VIÑA DEL MAR, Chile.- El Festival de Viña del Mar cerró el lunes una edición marcada por las exigencias de Luis Miguel y Morrissey, las notables actuaciones de Marc Anthony y Juan Luis Guerra, los errores técnicos que sufrieron Salvatore Adamo y Rosana y el éxito de artistas locales como Los Bunkers y Manuel García.

El festival más importante de Latinoamérica dio el pistoletazo de salida el pasado miércoles con el pop optimista del argentino Diego Torres, que abrió el apetito de las 15,000 almas del auditorio de la Quinta Vergara que esperaban, impacientes, la actuación de la gran estrella de la edición: el azteca Luis Miguel.

El Sol de México aterrizó en Viña acompañado de su aureola de divo al reclamar tanques de oxígeno, 120 toallas y exigentes medidas de seguridad, peticiones que sin embargo no enturbiaron un soberbio espectáculo tras el cual recibió, por primera vez en la historia del festival, una insólita gaviota de platino.

Por si el éxtasis de la primera noche no hubiera sido suficiente, en la segunda jornada reinó el salero del estadounidense Marc Anthony, que hizo gala de su simpatía y cautivó a un público entregado.

Este año tampoco faltó la actuación de la estrella anglo invitada.

La organización apostó por el exlíder de la ya desaparecida banda The Smiths, Morrissey, que el viernes cambió por unas horas el decorado eminentemente latino del festival por su pop elegante de los ochenta.

Su paso por Viña del Mar no estuvo exento de la polémica, pues pidió un concierto sin interrupciones.

Además, no permitió que le entregaran los habituales premios y obligó a la organización a anular la semifinal de la competencia folclórica porque no quería empezar más tarde de la 1:00 a.m. hora local.

Otra de las controversias que dominaron este festival fueron los problemas de sonido que padecieron el veterano artista ítalo-belga Salvatore Adamo y la cantautora española Rosana.

En el tercer día del certamen a Adamo le falló el micrófono en la canción con la que abría su concierto, mientras que dos días después la artista canaria tardó cinco minutos en empezar a cantar porque le hicieron salir al escenario cuando los equipos no estaban aún conectados.

Una de las mejores sorpresas del certamen fueron las actuaciones de los artistas locales, que agregaron la nota reivindicativa al aludir a algunos de los temas más candentes de la actualidad chilena, como el conflicto estudiantil o las protestas en la región sureña de Aysén por el alto costo de la vida y la falta de infraestructura básica.

En este festival, como suele ser habitual, hubo espacio para todos los géneros, desde la balada romántica del puertorriqueño Luis Fonsi, hasta la cumbia de los argentinos Ráfaga y Garras de Amor, la bachata del estadounidense Prince Royce, el pop moderno del trío mexicano Camila y el estilo más clásico del español José Luis Perales.

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