Chistoso universal

Andrés López Forero trae para todo mundo 'Pelota de letras'

Andrés López Forero hace un análisis psicológico de las generaciones colombianas.

Andrés López Forero hace un análisis psicológico de las generaciones colombianas. Crédito: Suministrada

Andrés López Forero quería ser antropólogo o ingeniero de sistemas.

Sin embargo, su naturaleza jovial lo colocó en los escenarios para hacer reír a la gente con sus parodias o con el simple acto de subir y bajar sus pobladas cejas o abrir y cerrar sus grandes ojos.

En la noche de hoy, el pionero del género stand-up comedy en Colombia debutará en el Club Nokia con su popular Pelota de letras, que está de gira por varias ciudades de Estados Unidos.

“Será una noche espectacular. Presentaré una nueva versión porque como bien dice mi personaje, Heráclito, ‘nadie se baña dos veces en el mismo río’… Así que todos los diálogos son nuevos”, dijo vía telefónica el comediante de 31 años, radicado en su natal Bogotá.

Hace cinco años que López Forero se presentó por tres noches consecutivas en el teatro Alex de Glendale, con un llenó total.

El título de su popular monólogo alude al balón de caucho, decorado con letras grandes y chicas, que usaron los niños colombianos en los años 70 y 80.

Comparando la disciplina, obediencia y comportamiento social de cada generación, López Forero desarrolla una obra que recrea de forma jocosa elementos de la vida cotidiana y aspectos familiares, económicos y sociales que marcaron a los nacidos entre los años 60 y los 90; así como los nacidos en lo que va del nuevo siglo.

“Hago todo un análisis psicológico de las generaciones colombianas, que son un reflejo de las generaciones de los otros países hispanos, ya que parece que esa pelota de letras nos ha pegado a todos por igual, debido a que en cada casa hay una mamá que educa e impone reglas con diferente nombre”, apuntó.

Y aunque los diálogos de López Forero están plagados de palabras y dichos de la sociedad colombiana, el humorismo que encierra la Pelota de letras es comprendido por las nacionalidades de habla hispana, “porque la comedia que se hace con amor tiene idioma universal”.

“El ejemplo más claro de la universalidad de la comedia es Roberto Gómez Bolaños, ‘Chespirito'”, explicó el autor. “Él no le cambió ni una sola coma a los diálogos del Chavo del Ocho y las generaciones que no son mexicanas han podido entender lo que quiere decir ‘chavo’ o ‘chanfle'”.

“Eso es lo interesante de la comedia que se hace con lenguaje limpio, sensatez y gracia”, agregó. “En este tipo de comedia, el humorista no tiene que renunciar a las expresiones autóctonas de su cultura para que los demás lo entiendan, y los espectadores no tienen que volverse, por ejemplo, mexicanos, para entender la comedia de Chespirito”.

Y eso es lo que ocurre con el teatro humorístico de López Forero. Este está lejos de las malas palabras o de atacar a un género, generación, etnia, grupo social o partido político.

“Lo mío es analizar, por ejemplo, el comportamiento de la generación zeta, como he bautizado a los nacidos entre los años 1993 al 2001, que han vivido la globalización y fue educada por Barney y los Teletubbies”, señaló.

López Forero sostuvo que nunca pensó en ser comediante.

“El oficio a mí me eligió”, asentó el autor de Frutica picada, quien terminó titulándose en educación experiencial en Canadá. “Mientras trataba de ser antropólogo o ingeniero para mandar naves al espacio me di cuenta del talento que tenía para la comedia luego de ver que la gente siempre se reía cuando hablaba serio de cosas serias”.

Así que, sin luchar contra la corriente, López Forero optó por “darle a la comedia”, y seguirá dándole, porque ya va en su cuarta obra.

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