Leyes aumentaron número de indocumentados

Inmigración indocumentad fue creada por leyes para combatirla

Actualmente en el país hay 11 millones de inmigrantes indocumentados.

Actualmente en el país hay 11 millones de inmigrantes indocumentados. Crédito: Archivo / La Opinión

Estados Unidos tiene hoy 11 millones de indocumentados, más que nunca antes en su historia, pero el crecimiento de esta población no respondió simplemente a un aumento en la entrada de personas sin papeles, sino a cambios en las leyes cuyo objetivo era “resolver” el problema y en realidad logró todo lo contrario.

Esa es la conclusión de un estudio publicado ayer por la Universidad de Princeton encabezado por el sociólogo Douglas Massey y Karen Pren, de la Oficina de Investigaciones sobre Población de Princeton.

“Todo comenzó a mediados de los años sesenta, cuando prácticamente no había inmigración sin papeles o si la había, iba y venía, sin quedarse aquí permanentemente”, explicó Massey en una entrevista telefónica.

“Existía el Programa Bracero, que con todos sus problemas, permitía a 450,000 mexicanos trabajar legalmente cada año en Estados Unidos. Había quizá otros 50,000 inmigrantes legales”.

Ese programa se estableció durante la Segunda Guerra Mundial para suplir la mano de obra que hacía falta en las cosechas y otros trabajos. Su efectividad y popularidad –sobretodo entre las empresas agricultoras- hicieron que el programa se extendiera hasta mediados de los años sesenta.

La mayoría de esos braceros iban y venían entre Estados Unidos y México y no se establecía permanentemente aquí, pero cuando el programa terminó, dice el estudio “se acabó la disponibilidad de migrantes o trabajadores, pero no la necesidad de la economía y de los negocios en Estados Unidos en contratarlos”.

En otras palabras, los inmigrantes que antes eran “braceros” o trabajadores temporales se convirtieron a partir de entonces en “inmigrantes ilegales” y por consecuencia se les apuntaba con el dedo como problema.

Ese mismo año de 1965 se aprobó una nueva ley de inmigración que creó cuotas máximas de inmigración legal por país de 20,000 personas cada año para todos los países del mundo. Anteriormente, las cuotas migratorias de Estados Unidos estaban dictadas por los vaivenes políticos y los prejuicios del momento. Por ejemplo, las leyes de 1924 estaban diseñadas para evitar la inmigración de personas de ciertas zonas de Europa que eran, en su momento, consideradas “indeseables”: judíos, italianos católicos y otros.

La reforma de 1965 tenía la intención de eliminar esos prejuicios raciales, pero junto a la eliminación del Programa Bracero tuvo otra consecuencia inesperada: aumentar la inmigración ilegal de México.

“Antes tenías 450,000 braceros y 50,000 inmigrantes legales de México. A partir de 1965 se acabaron las visas para braceros y se redujeron a 20,000 las visas para mexicanos”, dijo Massey. “Lo que pasó entonces ya lo sabemos, esos mismos mexicanos siguieron viniendo, pero ilegalmente. Las condiciones económicas y la oferta de trabajo en Estados Unidos no había cambiado”.

Pero la cosa no termina ahí. Según el análisis y estudios de Masse y Pren, el aumento de la inmigración sin papeles generó toda una dinámica mediante la cual los políticos, medios de comunicación y burócratas interesados en promover sus trabajos, su elección o sus contenidos, apuntaron hacia la inmigración sin papeles y decidieron que era una “amenaza”, cuando antes simplemente eran trabajadores que iban y venían.

“En 1979 la inmigración sin papeles se había estabilizado porque ya se habían regularizado los flujos, pero entonces los políticos, medios y otros comenzaron a usar el tema de la gran amenaza latina ilegal para sus propios fines y ahí es cuando comienza poco a poco a ponerse más atención al asunto y a pedir más y más fondos para la frontera”, dice Massey.

Como lo explica el estudio, la inmigración indocumentada continúa relativamente estable durante los años ochenta y noventa, aunque situaciones periódicas generan aumentos más o menos temporales. Caso especial son las guerras en Centroamérica en los años setenta y ochenta, que trae a cientos de miles de refugiados que de otra manera no hubiesen venido a establecerse aquí.

“En los noventas vemos el inicio de la amenaza terrorista, y más razones para establecer leyes que limiten la inmigración, aunque los terroristas no eran los inmigrantes”, señala Massey.

Los reforzamientos fronterizos periódicos motivados principalmente por la política, contribuyeron a cementar un sistema que produce más “indocumentados” que inmigrantes legales.

Hoy en día estamos es un momento de estancamiento: la inmigración ilegal se ha paralizado, en gran medida por la recesión económica y 11 millones de indocumentados viven en un limbo sin aparente salida y sin voluntad política de solución una situación que, en opinión de Massey “no es buena para el país”.

El estudio completo puede leerse en http://wws.princeton.edu/coverstories/Massey_LatinAmericaImmigrationSurge/

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