Santorum dice no más

Despeja el camino para que Romney sea el candidato presidencial de los republicanos

Rick Santorum comunica su decisión rodeado de toda su familia, luego de aceptar la imposibilidad de ganar la primaria de Pennsylvania.

Rick Santorum comunica su decisión rodeado de toda su familia, luego de aceptar la imposibilidad de ganar la primaria de Pennsylvania. Crédito: AP

Él calificó su candidatura de un milagro y algunos politólogos la compararon con el cuento de “la pequeña locomotora que sí pudo”, pero pocos dudan que la campaña del republicano Rick Santorum, el más subestimado de los aspirantes republicanos, llegaramucho más lejos de lo que nadie podía haber imaginado.

El final del camino llegó ayer para Santorum. Ante la incapacidad de tener un buen resultado en el estado de Pennsylvania, Santorum anunció ayer el fin de su campaña tras desafiar las predicciones, dejar en el camino a otros candidatos más favorecidos que él y ganar once estados del país, dejando claro que hay un sector del conservadurismo más recalcitrante que no se siente representado por otros aspirantes.

“Nuestra campaña fue milagro tras milagro”, dijo Santorum, rodeado de su familia, al anunciar la suspensión de su campaña.

Al informar de su decisión con un discurso en Gettysburg, Pennsylvania, Santorum insistió en que “aunque la campaña terminó para mí, no hemos terminado de luchar, continuaremos haciéndolo. Lucharemos por la derrota de Barack Obama, la recuperación de las mayorías en el Congreso y por los valores que nos hacen estadounidenses”, dijo.

La retirada del exsenador de Pennsylvania deja el camino mucho más libre para el que se perfila como el casi seguro ganador de la nominación, Mitt Romney, quien queda con la mayoría de los triunfos, los delegados y los fondos, pero aún acompañado de otros dos candidatos que se rehúsan a dejarlo: Newt Gingrich y Ron Paul.

“Ellos no podrán alcanzar a Romney en la carrera de delegados, es matemáticamente imposible”, explica el consultor político republicano David Johnson.

“Romney será el nominado a menos que haga algo para autodestruirse de aquí a la convención nacional”, sostuvo.

Romney dijo ayer que había hablado con Santorum por la mañana y lo elogió por “hacer una importante contribución al proceso político, traer a colación temas por los que siente especial pasión y atraer mucha atención y apoyo a esos temas?él continuará teniendo un rol importante en el Partido Republicano y confío en su trabajo para asegurar la victoria republicana en noviembre”.

Santorum, quien no apoyó a ninguno de los otros candidatos –por el momento-, sí dijo que trabajaría para derrotar al presidente Barack Obama y el triunfo republicano en general.

Gingrich, entretanto, envió a sus seguidores un correo electrónico pidiendo donativos y señalando que ahora queda como el “único conservador de la contienda”.

Para Charles Dunn, profesor de Regent University y seguidor de campañas políticas conservadoras, lo que motiva a Gingrich es ni más ni menos que el “ego”.

“Quiere ser aceptado de nuevo por el ‘establishment’ de su partido y quiere seguir teniendo la cara en televisión. Quizá con esto logre un contrato de televisión. Pero si deja ahora nadie le prestará atención”, dijo Dunn. “También es verdad que es un tipo inteligente con muchas ideas”.

Ron Paul, el candidato en el extremo libertario (antiguerra, antigobierno, antidéficit) sigue en la pelea, pero nunca nadie lo vio como competencia directa contra Romney sino como alguien que expande el ámbito del Partido Republicano.

La salida de Santorum, por otra parte, resta importancia competitiva al resto de las competencias, por ejemplo al ‘supermartes’ de junio que incluye California, del que se pensaba podría tener alguna influencia después de todo.

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