Cómo saber si es un empleado regular o independiente

La semana pasada les escribí sobre la importancia de clasificar a los que le ayudan en su negocio como “independientes” o “empleados”. La diferencia es importante porque si los trabajadores no se clasifican bien, puede costar miles y miles en multas e impuestos.

A continuación se incluyen los factores principales que puedan orientar al empleador sobre cuándo alguien es empleado y cuándo puede llamarse contratista independiente:

1. El control. El factor más importante al determinar si alguien es empleado o no es el control que tiene el empleador sobre las actividades del individuo. Si no existe el derecho de dirigir a la persona que realiza un trabajo, puede ser contratista independiente. Por ejemplo, al propietario de una gasolinera le importa poco cómo un plomero va a destapar la tubería del baño del negocio. Lo que le interesa es el resultado. Por lo contrario, si el plomero fuera empleado, tendría que cumplir puntualmente las órdenes e instrucciones del empresario en el ejercicio de su trabajo, es decir, llegar a cierta hora, usar ciertas herramientas y trabajar de la manera indicada por el dueño.

2. Trabajo íntegro. El trabajo que realiza un empleado es una parte íntegra de las operaciones diarias del comercio y sus actividades están relacionadas con las de otros empleados. En cambio, los servicios del contratista independiente no son vitales para el negocio; sólo ayudan a que el negocio siga funcionando por su cuenta.

3. Relación temporal. Un empleado suele trabajar para una empresa continuamente y no por un plazo en específico, mientras que al contratista se le emplea por un tiempo definido o por un trabajo específico.

4. El dónde. El empleado tiene que hacer su trabajo en las oficinas donde se sitúa la compañía. El contratista suele tener su propia oficina y trabaja fuera, en varios locales.

5. El pago. El empleado recibe un salario, es decir, pagos regulares y por montos específicos que retribuyen servicios personales. Es más, el empleador tiene que desgravar ciertas cantidades del salario para pagar los beneficios exigidos por ley. El contratista cobra por trabajo y paga sus propios gastos, impuestos y cuotas.

6. Herramientas propias. Un empleado usa las herramientas de su patrón; el contratista utiliza sus propios instrumentos para efectuar el trabajo.

7. Una inversión. El empleado no tiene ninguna inversión significativa en la compañía; el contratista, en cambio, generalmente ha invertido capital y horas en poner en marcha su negocio.

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