Posibles cargos civiles contra Mirkarimi

Sentenciado a libertad bajo fianza por tres años por un delito de violencia doméstica, acusado de mala conducta y suspendido sin pago como sheriff, Ross Mirkarimi no sólo podría perder en definitiva ese trabajo, sino además enfrentar cargos civiles por presunta obstrucción de la justicia —que, en abstracto, se castiga con multa o prisión, o ambos.

Nueve supervisores tendrían que votar a favor de que Mirkarimi sea destituido.

Nueve supervisores tendrían que votar a favor de que Mirkarimi sea destituido. Crédito: Francisco Barradas / El Mensajero

SAN FRANCISCO.— Sentenciado a libertad bajo fianza por tres años por un delito de violencia doméstica, acusado de mala conducta y suspendido sin pago como sheriff, Ross Mirkarimi no sólo podría perder en definitiva ese trabajo, sino además enfrentar cargos civiles por presunta obstrucción de la justicia —que, en abstracto, se castiga con multa o prisión, o ambos.

Eso se desprende de los más recientes documentos elaborados por la fiscalía citadina, a cargo de Dennis Herrera, que representa al alcalde Ed Lee en el proceso administrativo contra Mirkarimi.

El 30 de abril, la fiscalía citadina envió tres documentos a la Comisión de Ética, uno con copia al Consejo de Supervisores.

En una carta de Herrera a los miembros de la Comisión de Ética, al explicar por qué Mirkarimi está a obligado a colaborar con la fiscalía citadina, se explica que además del proceso administrativo, que podría resultar en la destitución definitiva del sheriff, está en proceso una investigación que podría culminar en presentación de cargos civiles.

En un segundo documento, los llamados “apuntes iniciales” del alcalde sobre el proceso administrativo, se afirma con mayor contundencia:

“Las evidencias durante las audiencias (en la Comisión de Ética) mostrarán una conducta aún más problemática del sheriff Mirkarimi, incluyendo su participación activa o pasiva en el intento de disuadir testigos de un crimen a decir la verdad a oficiales del Departamento de Policía de San Francisco —la más grande agencia de seguridad de San Francisco y con la cual el sheriff debe cooperar constantemente”.

Hay tres personas claves para probar esto. Y los tres fueron incluídos por el alcalde en su lista inicial de testigos para las audiencias de la Comisión de Ética; la lista fue el tercer documento enviado por el fiscal el 30 de abril.

Vecinos, la esposa y también una examante de Ross Mirkarimi están en la lista inicial de testigos que el alcalde pretende sean llamados a comparecer ante la Comisión de Ética de la ciudad, que estos días analiza si procede o no la destitución definitiva del sheriff.

También serán requeridos los policías que atendieron la llamada inicial que reportó el abuso de Mirkarimi contra su esposa, Eliana López; los inspectores que investigaron el caso; personal de la oficina del sheriff, incluyendo a Vicki Hennesy, quien fue designada por el alcalde Ed Lee como sustituta temporal de Mirkarimi una vez que éste fue suspendido del cargo, el 21 de marzo.

También rendirá testimonio Michael Hennessey, el alguacil que antecedió a Mirkarimi en el cargo, quien habría comentado con éste sobre “sus actos de violencia doméstica, la investigación policiaca consecuente y los cargos que resultarían”.

El propio alcalde se incluyó en la lista. Lee anticipa que acudirá personalmente ante la comisión de Ética para detallar por qué acusó a Mirkarimi de mala conducta.

En total, el alcalde enlistó a 17 testigos. Y de cada uno da razones de porqué es relevante. Y al enunciar esas razones, asoman más detalles de lo ocurrido entre el 31 de diciembre de 2011 y el 4 de enero, los días en que a Ross Mirkarimi, entonces sheriff electo de San Francisco, la vida le cambió para siempre.

Para el 31 de diciembre, Eliana López se había reunido ya con un abogado para consultar sobre su posible divorcio de Mirkarimi, esto según Ivory Madison, una vecina —quien el 4 de enero llamó a la policía para reportar el abuso—.

Ese 31 de diciembre, López había sido retenida contra su voluntad por su esposo, durante una discusión de la que resultó con un moretón en el brazo, y eso le costó a aquel tres años de libertad bajo fianza, además de ser suspendido de su trabajo.

Para el 4 de enero Eliana López continuaba urgida por contar los problemas con su esposo. Habría llamado ya a su padre, en Venezuela, para pedirle consejo. Y seguía comentándolo con sus vecinos. Ese día, en las escaleras posteriores de su casa, alcanzó a Callie Williams, otra vecina, para decirle que Mirkarimi le había hecho un moretón en el brazo, que en marzo también la había abusado y que le temía, porque éste repetía que era un hombre muy poderoso en San Francisco.

Tres días antes, ya le había hecho un relato similar a Ivory Madison —quien incluso la videograbó.

Pero al ser enterada por Madison que la policía intervendría, López se mostró inconforme. Según el relato de Madison, López llamó entonces a Linnette Peralta Haynes, quien fue la jefa de campaña de Mirkarimi. Tras conversar por un momento, López habría pasado su teléfono a Madison y, según ésta, aquella intentó disuadiarla para que hablara con la policía, incluso le habría pedido mentir.

Mientras Madison era interrogada por los inspectores Daniele y Becker, de la policía de San Francisco —ambos también citados como testigos— Abraham Martens, esposo de Madison, dice que López llamó, urgiéndole a que detuviera a Madison de continuar hablando con la policía; Martens también dará su testimonio ante la Comisión de Ética.

La fiscalía citadina pidió el 20 de abril a la Corte Suprema de San Francisco permiso para obtener el registro de las llamadas hechas o recibidas desde el teléfono de Linnette Peralta Haynes. La decisión del juez se conocerá hasta el 15 de mayo.

El caso de Mirkarimi ocupará a la Comisión de Ética todo el verano. Tras eso, la Comisión emitirá un dictamen, que pasará al Consejo de Supervisores. Para que el sheriff sea destituido se requieren al menos nueve de los 11 votos totales del Consejo.

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