Montan a ‘La Bestia’
En un acto quieren evidenciar la criminalización y la violación generalizada a los derechos humanos
MÉXICO, D.F.-“Llegan en camionetas para secuestrarlos, y no sabemos quienes son”. Marta Sánchez, del Movimiento Migrante Mesoamericano (M3), describe así la situación que bajó desde el norte al centro del país, y la razón por la cual diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos “tomarán” este miércoles el tren de carga.
Conocido popularmente como “La Bestia”, el ferrocarril que cruza el país donde viajan de manera clandestina los centroamericanos, es hoy blanco de asaltos de bandas criminales en la región que conforman los estados de México, Tlaxcala, Querétaro, Guajajuato y el Distrito Federal.
En las últimas semanas plagiaron a cuatro personas; dos escaparon y el resto se encuentran aún desaparecidos. En la convocatoria para protestar sobre “La Bestia”, las organizaciones sociales manifestaron además su preocupación y repudio por el reciente hallazgo de 49 cuerpos en Cadereyta, Nuevo León, que podrían ser de inmigrantes.
“Las autoridades de los tres niveles de gobierno se hacen de la vista gorda mientras se hacen retenes extraoficiales de las policías municipales que no están facultadas para retener a los inmigrantes”, agregó Sanchez.
El plan de los activistas, entre quienes se encuentra Elvira Arellano, de Familia Latina Unida, es subirse hoy al tren como indocumentados desde la región de Apizaco, Tlaxcala, a Lechería, en el Estado de México este día; el jueves 17 saldrían de este último punto a Tequisquiapan, Querétaro, y el viernes llegarían al estado de Guanajuato.
Después del declive de la migración centroamericana en los últimos años, cuando pasó de un flujo anual de 450 mil a 250 mil, los refugios para “sin papeles” han reportado en los últimos días un repunte “preocupante”.
“Algunos días estamos a capacidad máxima”, dijo el sacerdote Tomás González, del albergue La 72, en Tenosique, Tabasco.
Frente a tal situación, las organizaciones civiles no quitan el dedo del renglón: evidenciar las masacres, los asaltos, desapariciones forzadas, violaciones sexuales, criminalización de los migrantes y violación generalizada a los derechos humanos de los migrantes que persiste en México.
Elvira Arellano, quien ha participado en diversas protestas por esta problemática en el sur del país, observa que regularmente los conflictos se derivan de la falta de voluntad política de los gobiernos locales.
“Vemos que si quieren solucionar el problema, lo hacen, pero regularmente las autoridades no hacen caso”, detalla. “En el centro los gobiernos quieren dar la imagen de que todo está bien, que son pueblos mágicos y turísticos, pero también hay otras realidades que no es pueden tapar con un dedo”.
En febrero pasado, policías municipales de Tultitlán, en la región conurbada de la Ciudad de México, apresaron a dos mujeres que daban de comer a migrantes centroamericanos. Fueron acusadas de tráfico de indocumentados y las llevaron a la cárcel municipal aún cuando no tenían facultades legales.