Madre de niña hispana asesinada demanda al Gobierno federal

La madre de una niña hispana asesinada en la frontera de Arizona presentó una demanda en contra del Gobierno Federal argumentando que el FBI tuvo conocimiento previo al crimen, cometido en el 2009 y no hizo nada para evitarlo.

Activistas protestan en septiembre de 2009 frente a la Corte Superior del condado Pima por la muerte de Raúl J. Flores y su hija Brisenia Flores a manos de Shawna Forde.

Activistas protestan en septiembre de 2009 frente a la Corte Superior del condado Pima por la muerte de Raúl J. Flores y su hija Brisenia Flores a manos de Shawna Forde. Crédito: EFE / Archivo

Tucson, Arizona (EFE).- La madre de una niña hispana asesinada en la frontera de Arizona presentó una demanda en contra del Gobierno Federal argumentando que el FBI tuvo conocimiento previo al crimen, cometido en el 2009 y no hizo nada para evitarlo.

Gina González, única sobreviviente de la invasión de una vivienda, asegura en su demanda que esta agencia federal pudo haber prevenido la muerte de su hija y de su esposo, informó el periódico local Arizona Daily Star.

La publicación indica que Shawna Forde, ex miembro de los Minuteman, explicó sus planes e inclusive entregó un mapa a un informante del FBI dos semanas antes de perpetrar el crimen.

Supuestamente Forde dio los detalles al informante durante una reunión que mantuvieron en Colorado y en la que le pidió que participase en el ataque.

En la demanda, se indica que el informante pasó los pormenores a su superior en Colorado, quien, a su vez, los trasladó a la oficina del FBI en Phoenix.

El 30 de mayo del 2009, un grupo de personas comandadas por Forde entraron por la fuerza a la casa de González, ubicada en la población fronteriza de Arivaca, cerca de la frontera de Arizona con Sonora (México), haciéndose pasar como agentes de la Patrulla Fronteriza.

Este grupo mató a tiros al esposo de González, Raúl J. Flores, y su hija Brisenia Flores, de nueve años de edad, mientras que la mujer resultó herida en el asalto, pero sobrevivió al ataque.

El año pasado, Forde fue sentenciada a la pena a la pena de muerte por este delito, al igual que Jason Bush, mientras que Albert Gaxiola fue condenado a cadena perpetua.

Durante el juicio el grupo declaró haber planeado el crimen con la intención de robar drogas y dinero para, supuestamente, financiar las operaciones de la milicia civil.

“Este tipo de casos nos indica que el Gobierno Federal debe de tomar en serio el riesgo y las amenazas de grupos antiinmigrantes”, dijo a Efe Jennifer Allen, activista que trabaja a favor de las comunidades fronterizas en Arizona.

En su opinión y de acuerdo a los argumentos presentados en esta demanda, se puede ver un “patrón” de falta de acción por parte del Gobierno Federal sobre estos grupos “racistas” y “antiinmigrantes”, por lo que personas inocentes siguen perdiendo la vida por esta inacción.

La activista recordó el caso ocurrido en la ciudad de Phoenix el pasado mes de mayo en el que Jason Todd Ready, de 39 años, mató a tiros a cuatro miembros de una familia, incluyendo a un bebé, para después quitarse la vida.

Conocido como “JT”, Ready estuvo vinculado con grupos neo-nazis y formó una milicia civil cuyos miembros portaban rifles de asalto para detener a presuntos inmigrantes indocumentados.

“El Gobierno también sabía claramente el potencial de violencia de este hombre y no hizo nada para vigilarlo y evitar estos actos violentos”, dijo Allen.

Indicó que se necesita que el Gobierno Federal declare que este tipo de grupos no son permitidos.

Señaló que se han dado casos y reportes de personas que han sido golpeados y amenazados, abusados, física y mentalmente por miembros de estos grupos.

“El Gobierno ha tenido esta información, se le han entregado fechas, nombres y datos”, aseguró Allen.

Agrego que en 2003, cuando estaba al frente de la Red de Acción Fronteriza en Arizona, esta organización entregó información a la oficina del procurador federal de Arizona sobre los grupos antiinmigrantes en Arizona, el nombre de sus líderes y sus conexiones con grupos nacionalistas y supremacistas.

“Pero vemos que no han hecho nada para evitar la proliferación de estos grupos”, finalizó Allen.

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