Toma de rehenes tiene un final feliz

Una docena de empleados estaban adentro de la tienda.

Uno de los presuntos ladrones es arrestado por la policía luego de haber tenido varios rehenes dentro de la tienda.

Uno de los presuntos ladrones es arrestado por la policía luego de haber tenido varios rehenes dentro de la tienda. Crédito: Aurelia Ventura

Un enfrentamiento entre presuntos ladrones armados y la policía terminó pacíficamente cuando miembros del equipo SWAT lograron que estos se rindieran y salieran sin causar males mayores.

La policía arrestó a tres hombres que fracasaron en su intento por asaltar una tienda departamental y se atrincheraron durante varias horas con varios empleados como rehenes en la ciudad de Inglewood.

El intento de robo ocurrió a primera hora de la mañana, poco después de que los empleados, en su mayoría trabajadores de limpieza, llegaron a la tienda departamental Burlington Coat Factory, en Inglewood. De acuerdo con las autoridades, los tres asaltantes se presentaron armados en el negocio ubicado en el bulevard South Crenshaw e Imperial Highway, en momentos en que aún no había clientes.

Según la capitán Marie Dibernardo del Departamento de Policía de Inglewood, alrededor de una docena de empleados estaban adentro de la tienda.

Neal Cochran, teniente del Departamento de Policía de Inglewood, informó que, al verse rodeados y luego de una amplia movilización policiaca, los delincuentes decidieron entregarse a las autoridades y salieron del establecimiento con las manos en alto.

“Mi hija me dijo que uno de los asaltantes la estuvo apuntando una pistola en su rostro”, relató Jackie Whitlow, la madre de una empleada que estuvo de rehén. “También sé que les quitaron los teléfonos celulares”.

Alicia Olmeda, quien vive a unas cuadras de la tienda dijo que vio tres hombres encapuchados entrar la tienda, uno de ellos armado.

Otro testigo, Ray Davis, dijo que vio alrededor de 11 personas salir de la tienda con las manos arriba. “Nunca pensé que alguien iba intentar a hacer algo a esta tienda, se abrió hace poco tiempo”, relató Davis, de 53 años. “El crimen por aquí usualmente es ligero, pero a veces se vuelve loco”.

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