Se buscan más ingenieras

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Ángela Contreras de 10 años, con su madre, Marina Bárcenas atienden uno de los foros sobre ingeniería.

Ángela Contreras de 10 años, con su madre, Marina Bárcenas atienden uno de los foros sobre ingeniería. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión

Las investigaciones demuestran que si una mujer no se inclina por una carrera en ingeniería, matemáticas o ciencias mientras cursa la primaria, ya no lo hará porque ya sería demasiado tarde.

Por ello desde hace seis años, el Departamento de Investigación del Colegio de Ingeniería de la Universidad Estatal de California, Long Beach (CSULB) se ha dado a la tarea de incrementar el bajo porcentaje de mujeres que se gradúan y ejercen en este campo profesional – solo un 10 por ciento – y han desarrollado el programa “Mi hija es una ingeniera” en el que cerca de 20 estudiantes de quinto grado, de escuelas de Long Beach y Compton, y su madres, pasan tres días totalmente inmersas en las ventajas de estudiar esta profesión.

Ayer, Marina Bárcenas y su hija Ángela Contreras, iniciaron desde muy temprano por la mañana este programa, que por segundo año se realiza en el campus de CSULB, donde las 20 parejas de madres e hijas pasarán dos noches en los dormitorios, acudirán a clases, obtendrán consejería y conocerán “un mundo totalmente nuevo” para ellas.

“Hemos comprobado que las estudiantes que son exitosas en este ámbito profesional son las que tienen apoyo de sus padres”, señaló Lily Gossage, investigadora del Colegio de Ingeniería de CSULB. “Comenzar con este apoyo en la preparatoria ya es demasiado tarde. Es necesario que se haga antes del grado 8”, apuntó.

“A las mujeres, sobre todo a las latinas, nos limitan en opciones de trabajo. Pero yo pienso que este programa les ayuda mucho a las niñas a desarrollar su capacidad en las ciencias y eso es lo que a mi hija le apasiona”, expresó Bárcenas de su hija Ángela, quien fue elegida para participar en el programa por sus altas calificaciones.

A pesar de que en la familia de Ángela no hay nadie que se dedique a esta profesión , ella esta decidida a convertirse en la primera mujer de su familia en estudiar no solo la universidad, sino una carrera en ciencias y tecnología. “Estoy emocionada de que aquí vamos a hacer un robot, usar las computadoras… cuando sea grande quiero ser una maestra de ciencias”, dijo la estudiante.

Este programa, se ofrece a estudiantes de minorías, particularmente latinas o afroamericanas y de bajos recursos, que de otra manera no tendrían la oportunidad de conoce la opción de estudiar ingeniería o otra profesión relacionada.

“Con esto se les abre un mundo totalmente nuevo. He tenido alumnas brillantes en mi clase que me dicen que quieren ser de grandes una administradora de apartamentos”, expresó con decepción Edward Avila, maestros de ciencias de la primaria Webster en Long Beach. “No están expuestas a conocer más allá las oportunidades que pueden tener”, enfatizó.

Una vez que conocen la oportunidad , puede convertirse en una realidad como en el caso de Alysa Campos, una joven latina, quien ha participado en este tipo de programas años atrás y este año se graduó de CSULB con dos carreras en ingeniería: mecánica y de materiales.

“Me tomó 6 años, porque tuve que trabajar tiempo parcial. Era la única mujer en clases de 30 hombres, pero se te olvida esa desventaja una vez que estas enfocada en la meta”, compartió Campos. “Es una carrera muy gratificante”, destacó.

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