Una represa a visitar

La represa Hoover es una visita obligada de Las Vegas

He visitado Las Vegas, Nevada, en incontables oportunidades. La mayoría de las veces como guía de familiares y amigos, que desde el exterior e inclusive desde otros rincones de los Estados Unidos, consideran que “la capital del entretenimiento” es un destino obligado en la costa Oeste. Y es que Las Vegas representa el placer del juego, elegantes espectáculos, novedosa gastronomía, lujosos hoteles y en muchos casos total desenfreno.

En el año 2003, un familiar muy querido, Hernani Espinoza, que nos visitaba desde Fort Laudardale, Florida nos hizo saber su interés de visitar Las Vegas, pero su intención no era ni el juego ni los espectáculos, tenía una idea clara, conocer la represa de Hoover.

Un 7 de julio de 1930 se inician los trabajos de construcción de la represa de Hoover, una estructura de hormigón armado, ubicada en el curso del río Colorado, entre Nevada y Arizona. El nombre de la obra es un homenaje a Herbert Hoover, trigésimo primer Presidente de los Estados Unidos y principal impulsor de este proyecto.

La obra, que fue inicialmente el sueño, en 1902, de Arthur Powell Davis, un ingeniero del “Buro de Reclamaciones” de los Estados Unidos, se completó en un periodo de 5 años, empleó a más de 20 mil trabajadores, y le costó la vida a un centenar de ellos.

La misión de esta maravilla arquitectónica era, por un lado, redirigir el curso del río Colorado para evitar las constantes inundaciones que afectaban a varias poblaciones aledañas, y por otro lado, dotar a la región de una fuente de energía hidroeléctrica con propósitos agrícolas.

Seis compañías trabajaron para la construcción de la represa, y a su finalización se constituyó en la más grande generadora de energía eléctrica del mundo, así como la mayor estructura de cemento armado jamás construida.

En la actualidad la represa de Hoover es la segunda más grande del país, y la décima octava del mundo; y, además genera suficiente energía para servir a más de un millón de personas.

El turismo en Estados Unidos ofrece infinidad de oportunidades. La represa de Hoover es una obra majestuosa que traslada al visitante por los laberintos del pasado y sobre todo es prueba viviente de la determinación de los estadounidenses para vencer las dificultades y adversidades planteadas por la naturaleza y las limitaciones tecnológicas de la época que parecían imposibles de derrotar.

Esa misma determinación trajo al tío Hernani a este país hace más de 50 años, hoy se nos adelantó en el camino, dejando su propia gran obra, una familia que jamás olvidará su legado de amor, de trabajo arduo y de compromiso con este país que lo acogió hace varias décadas. En cierta forma, el tío Hernani fue un hombre monumental como la represa de Hoover, inquebrantable como su estructura y generoso como las aguas que la circundan. Paz en su tumba.

Apreciado lector, si todavía no ha visitado esta magnífica obra arquitectónica, le invitó a que lo haga en su próximo viaje a Las Vegas, no se arrepentirá. Y aunque resulte fastidioso, por favor, no lo olvide, regístrese y vote.

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