Piden que se avale la extensión a Medida R

Los votantes tendrán la última palabra sobre este plan en noviembre

Zev Yerovslaski en el debate de ayer.

Zev Yerovslaski en el debate de ayer. Crédito: J. Emilio Flores / La Opinión

La extensión de la Medida R, también conocida como Medida R2 o MR2, fue debatida ayer por la mañana en un foro realizado en la Universidad de Woodbury, en Burbank. Algunos funcionarios ofrecieron sus puntos de vista destacando lo que consideran beneficios y desventajas de la misma.

La Medida R fue aprobada en 2008 por el 68% de los votantes y fue subvencionada a través de un aumento de medio centavo en las ventas. Los proyectos de construcción de la medida incluyen la extensión de la línea naranja y la línea dorada hasta Asuza, así como la mejora de las rampas de la autopistas 405 y 110 y la expansión de la autopista 5, entre otras.

La Medida R2 extendería el impuesto -originalmente aprobado hasta 2039- por otros 30 años y con ello permitiría la aceleración de las obras originalmente planeadas para concluir en 10 ó 12 años, en lugar de en 30 años. La Autoridad Metropolitana de Transporte del condado de Los Ángeles (Metro) pediría prestado el dinero para terminar las obras más rápido y lo devolvería a lo largo de los años con la recaudación de la extensión de impuestos.

“Es como una hipoteca: uno pide dinero para comprar una casa y lo devuelve en 30 años”, dijo Zev Yaroslavsky, supervisor del condado de Los Ángeles por el Distrito 3. Además defendió la extensión de la medida diciendo que es el momento oportuno para hacerlo debido a la baja tasa de intereses para préstamos y a la crisis en la construcción, que permitirá conseguir contratos a bajo precio.

“Si esperamos a tomar la decisión, los intereses van a aumentar y tendremos que pagar más. El momento es ahora”, subrayó Yaroslavsky.

Pero no todos los presentes defendieron la medida. “La extensión de la Medida R bloqueará los fondos de transporte por 30 años adicionales, dijo Michael Antonovich, supervisor del condado de Los Ángeles por el Distrito 5 y presidente de la Junta de Metro. Antonovich mencionó como ejemplo a Metrolink, que recibirá 3% de los fondos. “No podemos bloquear los fondos para Metrolink por 30 años”, señaló.

Otra de las objeciones hechas a la medida fue la supuesta falta de igualdad geográfica de los proyectos planeados. “Si queremos distribuir los fondos de manera equitativa, no podemos basarnos en cifras de 2004”, indicó Marsha McLean, concejal de Santa Clarita. Los planes de construcción de la Medida R se basan en estudios demográficos de hace ocho años. Santa Clarita, así como Palmdale y otras ciudades, ha crecido mucho en estos últimos años. Santa Clarita es la tercera ciudad más grande del condado de Los Ángeles.

Yaroslavsky indicó que la distribución de los fondos no está basada solo en la población, sino también en la congestión del tráfico. “Por ejemplo, el mayor tráfico es el que va de este a oeste, de la gente que trabaja en la zona oeste, pero que no puede pagar una casa en ese área y se muda al Valle de San Gabriel”, señaló.

Antonovich también consideró que la distribución de las obras no es equitativa y señaló que sólo el 13% de los fondos están destinados a obras en el Valle de San Fernando, mientras que el 87 % restante es para la ciudad de Los Ángeles.

“El problema del transporte no se va a resolver al menos que sea justo para todos. La medida R necesita reformas para poder incluir más conexiones de autopistas, acceso directo a los aeropuertos del condado e igualdad geográfica de proyectos”, dijo Yaroslavsky.

“Lo perfecto es enemigo de lo bueno”, agregó. “La medida R no es perfecta, pero es mejor que nada. Tenemos una oportunidad económica y la tenemos que aprovechar”.

Los votantes decidirán el futuro de Medida R en las elecciones de noviembre.

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