El nuevo reto para México

MÉXICO, D.F.- Ropa interior, camisetas, relojes, mochilas, gorras, lápices, tenis, ceniceros y cualquier chuchería que alcance la imaginación son los regalos de los partidos para inducir al voto en cada jornada electoral en México que opera sin restricciones ni transparencia como uno de los principales esquemas de despilfarro.

“Urge regular los gastos de campaña”, observa el analista político Jorge Javier Romero, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana.

“Es la deuda que tendrá la próxima administración, incluso por encima de la compra de votos que es más difícil de comprobar y “¿acaso no son esas esos regalos que compran con los dineros públicos otra forma de comprar el voto y lo hacen todas las fuerzas políticas?”

De acuerdo con cifras del Instituto Federal Electoral (IFE) los partidos recibieron en 2012 alrededor del financiamiento público 260 millones de dólares como presupuesto para actividades ordinarias además de 129 millones de dólares para gastos de campaña.

En total, este año el Partido Acción Nacional (PAN) recibió 95.02 mdd; la Alianza Compromiso con México (PRI- PVEM), 160 mdd; la coalición de izquierdas Movimiento Ciudadano (PRD, PT, Movimiento Ciudadano), 103.1 mdd y el Partido Nueva Alianza (Panal), 25.6 millones de dólares.

Prohibir las dádivas en especie, campañas de mes y medio en lugar de tres meses y reducir el número de mitines para promover el sufragio son algunas de las ideas que se promoverán en las siguientes legislaturas como medidas para mejorar las condiciones de equidad entre los candidatos y reducir los gastos.

También se considera un esquema de control que en lugar de dar a los partidos el dinero anticipado mejor se reembolse, como ocurre en el modelo francés o transparentar el dinero que se entrega a operadores políticos que hasta la fecha es un misterio.

“Lo ideal es que hubiera una nómina pública donde los partidos detallaran cuánta gente trabaja para ellos en las campañas y cuánto se les paga porque ahora esa información es oculta”, observa Jorge Teherán, analista de la consultoría Hoja de Ruta.

Para este observador político el momento postelectoral actual es el momento ideal para mejorar el esquema de campañas: “Ocurre así cada seis años, desde 1988, cuando hay elecciones presidenciales en que se imponen temas por mejorar; en esta ocasión, serían los gasto de campaña y la compra de votos”.

El candidato de izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, ha tomado como bandera postelectoral la presunta compra de cinco millones de votos que llevarían a la victoria a Enrique Peña Nieto, del PRI; pero aún se esperan elementos probatorias en sus denuncias.

Pero aún con las dificultades de comprobar estas irregularidades, incluso los priistas coinciden en que deberían ser más rudos los castigos para quienes incurran en el delito de comprar votos.

“Si se descubre antes de las elecciones se podrían cancelar las candidaturas y si es después seríamos partidarios de cancelar la elección, siempre y cuando se compruebe”, opinó el diputado Eliodoro Díaz de la Comisión de Gobernación.

“Hasta ahora sólo hay sanciones de pago de multas y eso no es suficiente”.

El PRI arrancó ayer la defensa legal del triunfo del 1 de julio de Peña Nieto, quien se impuso con el 38% de los votos. En voz del presidente del partido, Pedro Joaquín Codwell, pidió a las otras instituciones políticas reconocer el triunfo como en su momentos lo hicieron los priiestas en 2000 y 2006.

“Hoy demandamos el mismo ‘comportamiento’ democrático”, señaló sin adelantar su agenda legislativa sobre el tema.