‘La solución final’

El vicio alemán de escribirlo todo permite, conocer muchas cosas increíbles sobre el Holocausto judío

Hace tres semanas mencioné las atrocidades nazis y me ha llovido correspondencia.

Unos aseguran que “eso del Holocausto” es propaganda, otros preguntan como puede saberse el verdadero número de asesinados y hay quienes me dan las gracias por estar en contra del racismo en cualquiera de sus manifestaciones.

A todos mil gracias por su interés.

La historia de esos episodios negros de la historia nazi, aun se está escribiendo y pese a que la mayor parte de ella es conocida, como vamos a ver hoy, hay acciones que vale la pena sacar a luz.

Para esos que dudan que los judíos asesinados hayan sido seis millones hay que dejar claro que hay muchas formas de matar o dejar morir. Si en lugar de seis millones fueron tres los asesinados y millones los que perdieron la vida en otra forma, nada cambia el genocidio.

Por esa razón yo pretendo hablar de acciones y no de números.

Hace tres años fui invitado por el Dr. Reinhard Walter, un importante abogado, a visitar Berlín y dado a los muchos años que viví ahí en la pre guerra, acepté gustoso.

Por sus influencias, se me permitió visitar el interior del reconstruido Parlamento (Reichstag) y ahí, un alto funcionario, que me pidió no mencionar su nombre, a mis insistentes preguntas sobre el numero de víctimas, me proporcionó copia de la minuta de una junta, diciendo: “Esto puede servirle de orientación”.

Y hoy la comparto…

El vicio alemán de escribirlo todo permite, al leer esta minuta, conocer muchas cosas increíbles que quizás no hayan sido publicadas.

El documento (por supuesto en alemán) tiene, en la parte alta de la primera página un sello en rojo que dice: “Asunto Secreto de Estado”, y empieza con el número “166” y termina con el “180” de no sé que secuencia.

Tiene como cabeza: “Protocolo de lo hablado”, y el primer párrafo dice: “De los parlamentos llevados a cabo el 20-1-1942, en Berlín, Wannsee #56/58 para la solución final de la cuestión judía”.

Participaron en esa junta 13 altos funcionarios, entre ellos un Dr. Stuckart, Ministro del Interior, Dr. Freisler, Ministro de Justicia, otros sub-srcretarios y el Dr. Lange, Jefe regional de la Policía de Seguridad (SIPO).

No podía faltar el comandante Heydrich, jefe nacional de la policía de seguridad, quien demanda decisiones urgentes para la “solución final” del problema judío en Europa.Puede verse que se trató de un grupo distinguido de criminales políticos.Siguen 15 páginas con toda clase de proposiciones y acuerdos crueles e increíbles.

Para centrar a mis amables lectores sobre el problema judío que pretenden solucionar me voy a brincar a la página 171 en la que detalla donde residen 11 millones de judíos por zonas, las controladas por Alemania y de otros países europeos, que son el problema judío.

Así que la “solución final” del problema judío era la eliminación de 11 millones de seres humanos.

En la página 158 se habla de que en 1939 se buscó limpiar de judíos el espacio vital de Alemania y hacerlo “legalmente” (?).

Explican que ese sistema no funcionó (P-169) pese a que organizaciones judías financiaron algunas emigraciones.

Debido a la guerra (que se inició el 1 de septiembre de 1939) se suspendió la limitada emigración judía. Es por ello que (en esta junta) se establece el camino (P-170) para la “solución final” (exigida por Hitler) del problema judío.

Para ello dividen a la población judía en tres grupos. El primero incluye a todos los capacitados para trabajar. A esos, dicen, se les enviará a “colonias de trabajo”, separados por sexos con el fin de limpiar a la sociedad de su presencia.

En esos campos los dedicarán a trabajos, especialmente a la construcciones de calles y dicen: (…) no tenemos duda que habrá muchos que fallezcan. Sobrevivirán los más aptos, con los que tenemos que tener más cuidado, porque de llegar a ser libres podrían ser base de una nueva generación de judíos”. (P-173)

Matar o dejarlos morir. ¿Alguna diferencia?

Por cierto, en los campos de concentración, a la entrada, había un arco en que decía: “El trabajo os hará libres”. Insultante ironía.

En el segundo grupo estaban todos los judíos de 65 años de edad o más y los lisiados incapacitados para trabajar que serían enviados a guetos de transición y de ahí al de Theresienstad; su “destino final”.

“Con esta medida eliminamos de un golpe las muchas intervenciones”, dicen. (P-174)Probablemente se referían a ciertas protestas internacionales.

Hablan de peinar Europa de oriente a poniente, para limpiarla de judíos y de que el Ministerio del Interior se hará cargo.

Todo el idioma usado parece referirse más a costales que a seres humanos y cada una de las intervenciones de Hydrich tienen un alto contenido de racismo enfermizo.

En el tercer grupo analizan y deciden meticulosamente qué hacer con los de razas mezcladas, parte alemana y parte judía y los clasifican por porcentajes de sangre.

Los hijos de padre o madre judía con alemán, recibirán el trato de judíos. Los hijos de estos pueden vivir en Alemania “si aceptan ser esterilizados para evitar la procreación”. (P-176)

Siguen instrucciones de qué hacer con personas con 50% y 25% de sangre alemana (p-78 a 180)

Si todo esto no es suficiente para dejar claro que los nazis planearon matar y lo hicieron, me rindo.

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