Bolt sale… y ¡arrasa!

La imagen de Usain Bolt en el edificio del Parlamento británico es desplegada luego de la hazaña del jamaiquino en los 100 metros.

La imagen de Usain Bolt en el edificio del Parlamento británico es desplegada luego de la hazaña del jamaiquino en los 100 metros. Crédito: AP

LONDRES (AP).- Usain Bolt volvió a dejar sin respiración a medio mundo.

El velocista jamaiquino ganó ayer su segundo oro olímpico consecutivo en los 100 metros tras correr la distancia en unos supersónicos 9″ 6/100, un nuevo récord olímpico y apenas a cinco centésimas de su propia plusmarca mundial.

La plata fue para su compatriota Yohan Blake, que cronometró 9″ 75/100, y el bronce para el estadounidense Justin Gatlin, que paró el reloj en 9″ 79/100.

“Sabía que sería así. Nunca tuve una sola duda de que sería así”, dijo Bolt sobre su victoria.

Bolt se convirtió en el segundo velocista de la historia que encadena dos títulos olímpicos de los 100 desde el mítico Carl Lewis en 1984 y 1988.

Y todavía no ha dicho su última palabra en Londres.

El jamaicano tiene la posibilidad de repetir el palmarés de Beijing 2008, en el que además de los 100, ganó oro en los 200 y el relevo 4×100, todos con récords mundiales.

Cuatro años después, se quedó a las puertas de la plusmarca en el hectómetro, pero rebajó el tiempo de 9″ 69/100 que logró en China.

Bolt no cambió ni un ápice su ritual en el día elegido para romper una vez más la barrera de la velocidad.

El espectáculo fue el mismo al que acostumbró al mundo en Beijing, sonriendo a las cámaras de televisión de todo el planeta mientras en esta ocasión parecía hacer de DJ para después desenfundar dos pistolas.

Llegado el momento definitivo, no se movía un alma cuando Bolt salió despedido de los tacos.

El plusmarquista mundial de 25 años comenzó retrasado en la largada.

Partió desde el carril siete, inusualmente alejado de los centrales.

Su camino a Londres y algunos problemas físicos habían despertado dudas sobre su estado de forma.

Bolt se encargó de disipar esas incógnitas en un abrir y cerrar de ojos.

A mitad de carrera, tomó la delantera y cuando prendió las turbinas le sacó una ventaja sideral al resto de los competidores.

Zancada larga, técnica depurada y una velocidad endiablada, Bolt cruzó la meta en solitario, ajeno a los miles de flashes que coloreaban las gradas a la caza de una instantánea del momento.

Luego se arrodilló en el suelo y besó la pista del Estadio Olímpico de Londres para delirio de los 80 mil espectadores que lo llenaban hasta la bandera.

“Estaba algo preocupado en la salida, porque había resbalado en los tacos”, relató.

“No tengo los mejores tiempos de salida. Mi entrenador me dijo que dejara de preocuparme de las salidas y me concentrara en mi remate, que es mi punto fuerte”, dijo.

Jamaica, que un día antes también había revalidado el título olímpico de los 100 femeninos con la victoria de Shelly-Ann Fraser Price, completó el doblete gracias a la plata de Blake, de 22 años, campeón del mundo hace un año y talento precoz de la inagotable cantera de velocistas jamaicanos llamado a dar la pelea a Bolt en un futuro inmediato.

Gatlin, campeón en Atenas 2004, consiguió el bronce, mientras que dos veteranos como Asafa Powell, que finalizó lesionado, y Tyson Gay quedaron fuera del podio.

En una jornada indudablemente marcada por el espectáculo de la velocidad, Caterine Ibargüen regaló a Colombia la segunda medalla en la historia de los Juegos Olímpicos en el atletismo al adjudicarse la plata en el salto triple femenino.

“Esta medalla tiene sabor a oro”, proclamó Ibargüen después de la ceremonia de premiación.

El título fue ganado por la kazaja Olga Rypakova con un salto de 14.98 metros, mientras que Ibargüen brincó hasta los 14.80.

Londres también dedicó una cariñosa despedida a Oscar Pistorius, cuya proeza quedará inmortalizada en los libros de historia.

El sudafricano, primer atleta con ambas piernas amputadas que compite en unos Juegos, fue eliminado de la semifinal de los 400 tras clasificar último de su serie.

James Kirani, de Granada, ganó esa ronda con el mejor registro del año: 44″ 59/100, e intercambió el cartel con el nombre con Pistorius.

El gran rival de Kirani en la final de mañana será el joven dominicano Luguelín Santos, quien cronometró 44″ 78/100 y ganó su semifinal con autoridad.

La estadounidense Sanya Richards-Ross, bronce en Beijing, conquistó el oro en los 400 femeninos, mientras que el keniata Ezekiel Kemboi se impuso en los 3,000 con obstáculos, el húngaro Kristian Pars se colgó el oro en martillo y la etíope Tiki Gelana ganó el maratón de mujeres.

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