Esto ya parece “Son” Francisco (video)

El Festival de Son Jarocho, recién celebrado, confirma que esta música llegó para quedarse en una ciudad que, al igual que Veracruz, también es puerto.

Los Cojolites, presentes en el primer Festival del Son Jarocho de San Francisco.

Los Cojolites, presentes en el primer Festival del Son Jarocho de San Francisco. Crédito: Ricardo Ibarra / El Mensajero

SAN FRANCISCO.– La jarana es un instrumento musical viajero. Su tamaño, su facilidad para transportarlo, su ligereza y profundidad tonal, lo han traído a esta ciudad. Y tal parece que llegó para quedarse.

El recién inaugurado Festival de Son Jarocho en el teatro Brava, organizado por Acción Latina, de la mano del músico local Camilo Landau, demostró que ese instrumento mestizo, de cuerdas y madera, procedente de tierras veracruzanas –sureste de México–, llegó para fusionarse con las fiestas sanfranciscanas.

La jarana es migrante. Cruza fronteras. Sin documentos, más que los acordes tradicionales de un territorio, que al igual que San Francisco, es puerto, como Veracruz, un corredor natural de negros, blancos, indígenas, mestizos y otras influyentes corrientes culturales. Dijo Alfredo Herrera de Pa’sumecha, durante su presentación: “Como dijeron en el video promocional del Festival, al fin y al cabo esto también es puerto; ya estoy empezando a sudar”, anunció tras un despliegue de evocador zapateo.

Ese viernes 17 coincidieron en el cierre del concierto los integrantes de Pa’sumecha, Quetzal y Los Cojolites, con la canción Luna Negra, una fusión exclusiva y única con sonidos de chelo, violín, jarana eléctrica y tradicionales, batería, percusiones, taconazos sobre la tarima, pandero y voces. El auditorio aplaudió de pie. Y siguió a los músicos hasta el vestíbulo del Brava, donde continuó el fandango, también irrepetible.

El Festival culminó el sábado 18 con una presentación que fue desde el son tradicional, hasta la mezcla electrónica: Andrés Flores, Los Cojolites y Sistema Bomb dejaron en el auditorio esa sensación de haber contemplado una atmósfera sonora difícil de volver a coincidir, pero que seguro quedaron registradas por el productor responsable de la sonorización, Greg Landau.

Esa noche culminó con El Cascabel y la participación de todos los músicos presentes: los acompañantes de Andrés Flores, Los Cojolites y de Sistema Bomb, con un Héctor ‘Hecdog’ Pérez que por fin reveló el rostro que solía ocultar detrás de la máscara representativa del colectivo, además de los versos de Héctor Guerra, músico invitado que respaldó en el escenario al movimiento #YoSoy132BayArea, y el mismo Camilo Landau, con la guitarra.

San Francisco parece cada vez más Son Francisco, por el recién parido Festival –que promete ser anual–, y por la amenaza que se cierne sobre la bahía: la visita en octubre de los mismos Soneros del Tesechoacán, quienes levantaron los ánimos jaraneros a principios de este 2012.

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