Primero la economía y después inmigración

La filosofía de los republicanos –y hasta cierto punto, de la Casa Blanca bajo el gobierno de Obama- ha sido la de poner el control de la frontera primero antes de una reforma migratoria. La estrategia latina de la campaña de Mitt Romney tiene, como mensaje central una idea similar: primero arreglamos la economía, y luego veremos lo de inmigración.

La gobernadora  Susana Martínez tuvo los reflectores.

La gobernadora Susana Martínez tuvo los reflectores. Crédito: AP

TAMPA, Florida.- Durante años, la filosofía de los republicanos ?y hasta cierto punto, de la Casa Blanca bajo el gobierno de Obama– ha sido la de poner el control de la frontera primero antes de una reforma migratoria. La estrategia latina de la campaña de Mitt Romney tiene como mensaje central una idea similar: primero arreglamos la economía, porque los latinos están sufriendo más que otros. Y luego veremos lo de inmigración.

Cada uno de los portavoces y delegados, así como oradores que se presentaron ante grupos latinos aquí en eventos paralelos a la convención enfatizaron ese detalle: la economía primero, eso es lo que importa a los latinos.

“A los hispanos lo que nos interesa es la economía, tenemos la economía más lenta desde 1930, los hispanos queremos soluciones y liderazgo en ese sector y con Romney lo van a tener”, prometió Hector Barreto, presidente de la Coalición Latina y antiguo director de la Administración de Negocios Pequeños durante el gobierno de George W. Bush.

Lo reiteraron a cada paso. “Una vez que la economía marche bien, y ya sabemos lo importante que los hispanos son para nuestra economía, entonces trataremos de resolver el otro problema de una manera justa”, dijo Quico Canseco, congresista de Texas durante una reunión con la prensa.

Otra forma en la que los republicanos han intentado mover su mensaje hacia los latinos es presentando oradores y figuras latinas en forma prominente en la convención.

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En esta convención nacional del partido republicano, que lanza la campaña de la elección general de Mitt Romney y su candidato a vicepresidente Paul Ryan, los latinos han tenido un papel destacado, al menos en forma simbólica: Luce Fortuño, primera dama de Puerto Rico, presentó el discurso de Ann Romney, la esposa del nominado presidencial y Marco Rubio, el senador de Florida, presentó anoche el evento más importante de la convención, el discurso del propio Mitt Romney.

Adicionalmente, otros funcionarios latinos republicanos tuvieron sus minutos en el escenario en horario estelar: Susana Martínez, gobernadora de Nuevo México, Ted Cruz, candidato al senador por Texas y Brian Sandoval, gobernador de Nevada entre ellos. Cada uno enfatizó el origen inmigrante de sus ancestros y su ética de trabajo, un tema común entre los oradores, que también fue utilizado por Rick Santorum, quien compitió contra Romney por la nominación y habló el martes.

Durante los tres días de la convención hubo bastantes oportunidades para proyectar la presencia de latinos: reuniones de grupos como el Latino Coalition, el Hispanic Leadership Network y la LIBRE iniciativa y reuniones de diversos latinos republicanos con los medios.

El mensaje estuvo bien coordinado y es la fórmula que la campaña de Romney considera que puede resultar exitosa para atraer por lo menos a un segmento de los latinos hacia el republicano o al menos impedir que vuelvan a votar por Obama: apelar a la desilusión por el estado de la economía y el alto desempleo entre la comunidad latina.

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El tema de inmigración ha sido tocado de manera casi indirecta y tangencial. La plataforma del partido es notoriamente dura en ese capítulo, equiparando a los indocumentados con una amenaza para la seguridad y soberanía del país, oponiéndose a la amnistía, acusando al presidente Obama de ir contra la ley y prometiendo abandonar las demandas contra las leyes como las de Arizona así como reactivar todos los acuerdos 287g con las policías locales que fueron desactivados por la Casa Blanca.

Además, el documento habla de terminar el muro fronterizo y negar fondos federales a ciudades “santuario” y a las universidades que permitan estudiar a los indocumentados y pagar tarifas de residente, como ocurre en muchos estados.

No obstante, el mensaje que ha salido de los portavoces de Romney y de muchos delegados latinos es: la plataforma no importa.

“Yo soy delegado y ni sé lo que está en esa plataforma”, dijo Luis Alvarado, un delegado latino de California, consultor político y residente de Pico Rivera. “Lo importante es el mensaje de Mitt Rpomney y su candidato a vicepresidente, y ese es muy diferente a lo que el partido está diciendo”.

O al menos es lo que estos activistas partidarios dicen. Romney mantuvo una postura dura sobre inmigración durante la elección primaria, apoyando conceptos como la “autodeportación”. Hace un par de meses en la Conferencia de Naleo presentó como ideas de reforma al sistema migratorio la ampliación del número de visas para reunificación familiar y la necesidad de un programa de trabajadores temporales cuando la economía lo necesite.

Este último apartado aparece en la plataforma como una frase. Romney no ha hablado del asunto ante ninguna audiencia de público en general, sólo una audiencia latina.

Además, otros latinos republicanos que apoyan a Romney han estado divulgando la promesa extraoficial de que el republicano “si hará una reforma permanente y no como Obama que está haciendo algo temporal para los dreamers”.

“Cuando Romney y Ryan lleguen a la presidencia vamos a tener una reforma migratoria, ellos lo han dicho, que quieren algo permanente. Lo que el presidente hizo es un insulto porque lo hizo en el último momento que podía”, apuntó Rosario Marín, ex tesorera de la nación y otra delegada de California.

Que los republicanos votaron mayoritariamente por el Dream Act y lo derrotaron en el Congreso en 2010 “fue porque le añadieron un montón de otras cosas al proyecto de ley”, argumentó Marín.

Según el consultor político republicano David Johnson, los republicanos están mostrando su cara suave hacia los inmigrantes y los latinos en parte porque eso les ayuda a mejorar su imagen con los blancos independientes y moderados, a quienes no les gusta que haya un tono tan “malintencionado”.

“La gente de Romney está diciendo que están tan mal con las minorías que necesitan, para ganar, un 61% del voto de los hombres blancos”, dijo Johnson. “Ese es un nivel que ni Nixon logró”.

Johnson ve un partido dividido pero apunta que quienes diseñaron la plataforma ultraconservadora tienen una gran influencia y aunque Romney gane, que es más moderado en varios de estos temas, ellos tendrán la sartén por el mango.

“La última vez que un republicano no cumplió con la plataforma le salió un reto electoral de dentro de su propio partido”, dijo Johnson. “Ese fue Pat Buchanan para George Bush Padre. También pasó con Nixon. Romney va a tener que gobernar a la derecha, y si lo hace en inmigración, ya sabes lo que va a pasar a la larga, va a ser malo para el partido”.

Mitt Romney el candidato

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