Clínicas de yerba a debate

Presentan dos nuevas propuestas para regular los dispensarios

Yamileth Bolaños, de la  Asociación de Cooperativas de Marihuana.

Yamileth Bolaños, de la Asociación de Cooperativas de Marihuana. Crédito: Leopoldo Peña / Especial para La Opinión

En la ciudad de Los Ángeles se estima que unas 400 mil personas utilizan la marihuana con fines médicos y acuden a los dispensarios para abastecerse de la yerba.

La cifra, proporcionada por la asociación local de cooperativas de marihuana GLACA (The Greater Los Angeles Collective Alliance), representa el 10% de la población de la ciudad y es considerada conservadora, ya que en todo el estado el 13% de la población consume la yerba con fines medicinales, según datos de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA).

Carlos es uno de esos 400 mil pacientes que consumen la marihuana como paliativo. Tiene 53 años de edad y es sobreviviente de cáncer. Un problema en los ligamentos de las rodillas, que ha desencadenado cuatro cirugías de reconstrucción, le impiden conciliar el sueño fácilmente por los dolores que le ocasiona.

Es por ello que desde hace ocho años, y por recomendación de sus propios médicos, consume marihuana y es paciente del dispensario Purelife Alternative Wellness Center.

“La uso para aliviar dolores y poder dormir, para tratar de llevar una vida más decente”, dijo Carlos, quien prefirió no dar a conocer su apellido.

“Gracias a la marihuana”, aseguró, “he dejado las otras drogas que me estaban recetando los doctores, que eran píldoras para dormir, para el estómago, eran como 15 pastillas diferentes que tenía que tomar y que me estaban matando… pero desde hace ocho años ha sido un gran cambio, porque mi salud ha mejorado bastante”.

Carlos consume marihuana a diario a través de galletas, dulces y otros productos que están disponibles, y también con un vaporizador, pero está preocupado porque el cierre de dispensarios, como lo contemplan algunos concejales, lo dejaría sin acceso a su “medicina”.

“Al cerrar estos lugares nos dejan en un limbo, cómo le vamos a hacer, porque no es fácil cultivarla”, mencionó. “Si los cerraran se crearía problema muy grande… qué opciones tenemos… no nos quedaría otra opción que el mercado negro, la cual es de mala calidad, pero al no haber dónde conseguirla esa sería la solución”.

Luego de que se revocara la ordenanza que prohibía los dispensarios de marihuana medicinal en la ciudad (sólo pequeñas cooperativas de no más de tres pacientes que la podían cultivar), el Concejo de la Ciudad analiza dos nuevas propuestas de reglamento municipal.

Una de ellas, promovida por GLACA, sólo permitiría la operación de aproximadamente 130 dispensarios, que son parte de los 187 que obtuvieron su permiso antes del 14 de septiembre de 2007, que era la fecha límite para registrarse.

Dentro de esos 130 están incluidos los que son parte del sindicato UFCW.

La Procuraduría de la Ciudad estimó que hay entre 800 y 1,000 dispensarios, aunque un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) estableció que sólo 472 estaban operando al mes de septiembre de este año.

La Unión de Pacientes de Marihuana Medicinal (UMMP) coincide que son alrededor de 500 los que están operando y por ello está promoviendo la otra ordenanza que analiza el Concejo de la Ciudad.

“La ciudad está considerando una nueva ordenanza para suplantar la ordenanza que acaban de revocar, por eso yo sometí una nueva ordenanza con la que podemos trabajar con ellos”, dijo James Shaw, presidente de la UMMP.

A decir de Shaw, la nueva ordenanza debe regularse en base a la calidad y no a la cantidad, cumpliendo con las leyes estatales.

Pero la otra organización que representa a dispensarios, GLACA, que dirige Yamileth Bolaños, insiste que se le debe dar preferencia de operación a los dispensarios que obtuvieron su registro antes del 14 de septiembre de 2007.

“Los que abrieron después de esa fecha lo hicieron de manera ilegal, porque se estableció que a partir de esa fecha ya no podían abrir, pero la ciudad no puso atención a eso y ahora se cree que pudiera haber más de mil dispensarios”, dijo Bolaños.

Considerando que sólo operan 472, según el estudio de UCLA, con ese nuevo reglamento que promueve GLACA unos 340 dispensarios tendrían que cerrar.

“Si los 130 dispensarios que nosotros representamos no son suficientes”, indicó la directora de GLACA, “eso ya sería problema de la ciudad, lo que nosotros queremos es que se nos respete a quienes hemos cumplido, por eso nuestro siguiente paso es promover esa ordenanza, la cual ya está en manos de los concejales, y que se apruebe en noviembre”.

Por su parte, James Shaw expuso que la ciudad debería tener colectivos que ofrezcan marihuana de más calidad a dispensarios que sólo despachan por cantidad.

“Los colectivos (de marihuana) son necesarios porque son lugares donde los pacientes pueden obtener su medicamento de manera segura y mientras más pacientes se reúnan para cultivar, más variedad de medicina habrá”, recalcó Shaw.

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