Celebra el amor y la libertad
El cantante británico Mika celebra la libertad y el amor en las composiciones de su nuevo disco y declara que es homosexial
MADRID, España.- En el disco The Origin of Love, que se publicó el 2 de octubre, el británico Mika “celebra” el amor y la libertad “sin canciones cursis, que suenen a la Celine Dion de los años 90”, dos meses después de declarar su homosexualidad y de esta manera salir reforzado del embate contra uno de los “monstruos” de su vida.
“Decidí que no sería por más tiempo el chico de dieciséis años con miedo. Tengo veintinueve, mi propia vida y soy feliz. Tomo mis propias decisiones y tengo la suerte de estar rodeado de gente tolerante”, dijo en Madrid este músico, durante una reciente entrevista, en la que se mostró sereno, seguro y hablador.
Además, el autor y compositor negó que el dar a conocer su homosexualidad, realizado al magacín Instinct, fuese un truco para promocionar este nuevo disco, el tercero de su carrera tras los exitosos Life in Cartoon Motion (2007) y The Boy Who Knew Two Much (2009), sino más bien una consecuencia del mismo.
“Si revisas mi carrera, encontrarás a alguien muy discreto con su vida privada, aunque irónicamente toda ella está de manera tan clara reflejada en mis álbumes que podrías saber en qué momento me encontraba en cada uno”, explicó.
“En la medida que mis canciones están escritas en primera persona y que este disco habla de la confianza y la alegría, y de no tener nada que esconder, como persona yo tenía que ir detrás [de su propuesta]”, añadió, al tiempo que confesó que sintió nervios, pero no miedo, al hacer pública su declaración.
El artista definió este álbum como “una celebración del amor, una afirmación de libertad como artista y como persona” y un canto a la tolerancia.
“¿Es mi sexualidad importante para entender mi música? Diría que no, porque la música es universal y va más allá de las etiquetas. ¿Es importante para entenderme como persona con múltiples facetas y contradicciones? Sí”, concluyó, orgulloso de una decisión que le ha hecho mucho bien.
También subrayó que concibió The Origin of Love como “una desmitificación de los monstruos y sombras” de su vida, algo que queda reflejado en la misma portada, con una imagen suya “muy clásica, en plan busto romano”, aunque en lugar de ir coronado con laureles, su cabeza está ceñida por “un loco dibujo de goterones dorados” formando su nombre.
“Por un lado, [mi imagen] muestra orgullo, y por otro se ríe de eso, lo mismo que pasa con el título del disco, que suena tan grandilocuente, pero que en realidad se trata de una pregunta ridícula”, imposible de responder, añadió.
Por si acaso, su pensamiento queda expresado a través de su disco y de la docena de canciones del mismo, escritas “desde la perspectiva de un chico de veintiocho años que trata de averiguar cómo pasar al siguiente estadio de su vida”.
“Son canciones de amor, pero no son temas cursis, no suenan como la Celine Dion de los años 90. Hay una mezcla de canciones divertidas, algunas bastante crueles”, apuntó.
El próximo mes de noviembre visitará España nuevamente para ofrecer dos conciertos, algo fundamental -señaló- para entenderle como artista y comprender de dónde viene su música.
“Cuando alguien viene a mi espectáculo y se encuentra la escenografía, piensa: ‘¿Qué demonios está sucediendo aquí?’. Y sólo diez minutos después de escuchar la música, empieza a entenderlo. Se trata de un circo loco y colectivo”, dijo el músico, que recordó con cariño su actuación de 2011 en el Low Cost Festival de Benidorm (Alicante), al que llegó por los pelos.
Él, que se ha definido como alguien “discreto”, alguien que en su vida diaria podría volverse “invisible” pese al colorido atuendo que hoy ha lucido, contó que es en directo donde experimenta una transformación “en plan hombre lobo”, hasta pasar a ser ese joven loco, desinhibido y vivo de sus canciones y vídeos.
“Hasta mis dedos se vuelven más largos y mis orejas más grandes”, bromeó el británico, que estará el 20 de noviembre en Barcelona y el 23 en Madrid.