Cuatro letras para tu crédito

Tener un buen puntaje de crédito puede significar obtener una hipoteca favorable e incluso lograr un préstamo para pagar gastos médicos indispensables. Desde hace cuatro años existe una nueva versión del conocido sistema de puntaje de crédito FICO que, por fortuna, no se fija demasiado en las faltas menores. Hasta ahora ciertas fallas tan sencillas como olvidar un mes de pago del refrigerador o penalidades de la biblioteca que se enviaban a una agencia de cobro de pagos atrasados eran tenidos en cuenta por el FICO, dañando así nuestro crédito.

Pero en el nuevo FICO 08, las deudas atrasadas inferiores a 100 dólares no se ven reflejadas en el puntaje y los consumidores que tengan un buen historial de crédito no serán penalizados por una falta de pago individual que haya ocurrido hace dos o más años. Aunque el sistema es ahora más flexible sí tomará en cuenta que el consumidor use crédito con frecuencia o que sus gastos se acerquen muchas veces al límite de su tarjeta de crédito, incluso si siempre paga a tiempo.

Para calcular el puntaje de FICO se consideran cinco sectores, y cada uno de ellos se toma en cuenta en un porciento determinado para llegar a un puntaje definitivo:

El historial de pago contribuye a un 35% del puntaje, y se usa para medir la habilidad de una persona de pagar sus cuentas a tiempo.

Las deudas constituyen un 30% del puntaje.

El largo de la historia de crédito influye en un 15 %.

Las veces que se ha aplicado por créditos en el pasado son un 10% de este cálculo.

Y los tipos de crédito también contribuyen en un 10%.

Por ejemplo, un embargo hipotecario o foreclosure significa una penalidad de 200 puntos en tu historial, y una venta corta de vivienda o short sale, que tan común es ahora, implica 100 puntos de penalidad.

Nadie puede calcular su propio FICO pero lo que sí puede es tratar de obtener el mayor puntaje posible, un número entre 350 y 850 que, mientras más alto sea, más posibilidades nos dará de obtener crédito, préstamos y facilidades financieras.

Para eso monitorea tus reportes de crédito y corrige los errores que encuentres, paga tus cuentas a tiempo, mantén los saldos bajos y pide crédito y tarjetas nuevas solo cuando los necesites.

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