Atención a los mayores

La contralora de Los Angeles Wendy Greuel dio esta semana la voz de alarma sobre el deficiente sistema de monitoreo y control de programas locales que ofrecen servicios a personas mayores de bajos recursos y recomendó que se mejoren estos controles. Una recomendación con sentido común, pero que también nos lleva a recordar una realidad que ya se está viviendo en nuestra ciudad, estado y país: el envejecimiento de la población, el inminente retiro de la generación más numerosa que naciera jamás en los Estados Unidos: los llamados baby boomers, nacidos entre el final de la Segunda Guerra Mundial y mediados de los años sesenta.

Ya son muchos los demógrafos que han llamado la atención a este hecho por la necesidad de planear a largo plazo las políticas públicas para ayudar y sostener a esta gran población de personas mayores en el futuro cercano.

Entre las poblaciones minoritarias, la latina es la que tiene la población anciana de más rápido crecimiento, siendo particularmente vulnerable ya que es la que menos recursos económicos ha acumulado para su edad adulta, añadiendo a esto la pérdida de valor en propiedades y otros efectos de la reciente crisis, que harán que este grupo llegue a la edad de retiro con mayores dificultades para mantenerse y cubrir sus necesidades.

Es preciso que los gobiernos a todo nivel y las organizaciones comunitarias diseñen políticas y programas que ya comiencen a sentar las bases para encarar esta situación que no hará más que aumentar en los próximos años. Y desde luego, cualquier dinero público que se utilice para programas como los auditados por la contralora angelina, debe ser cuidadosamente controlado para asegurar que va destinado a quienes más lo necesitan, porque este grupo seguirá creciendo en los próximos años. También es una población muy vulnerable a todo tipo de fraude, por lo que las agencias locales de la ley deben ser vigilantes al respecto.