Luchan contra fuga de empleos

La batalla sindical va contra una epidemia en Estados Unidos: la subcontratación de empleados en el extranjero

Un empleado sale de la factoría de Ford donde se fabrica la Ford Transit en Southampton, Inglaterra.

Un empleado sale de la factoría de Ford donde se fabrica la Ford Transit en Southampton, Inglaterra. Crédito: EFE

La huelga de mayores proporciones en la última década, la que recién concluyó en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, ha sentado un valioso precedente en la batalla sindical contra lo que se considera una epidemia en Estados Unidos: la subcontratación de empleados en el extranjero.

Por la crisis económica, muchas empresas redujeron sus costos operativos confiando sus centros de asistencia telefónica y tecnológica, así como labores de oficina, a agencias localizadas en lugares tan remotos como India, China y Filipinas. Esto se conoce en inglés como ‘outsourcing’.

Sólo en los últimos cuatro años desaparecieron 500,000 empleos de centros de llamadas en EEUU, debido a recortes nominales y a la fuga de empleos a otros países, de acuerdo a cifras de la Asociación Americana de Teleservicios y de la Oficina del Censo.

“Los empleadores han desarrollado un apetito insaciable por la contratación externa”, comentó John Fageaux, líder del sindicato que paralizó los puertos durante ocho días para evitar que Maersk y otras operadoras de terminales siguieran cubriendo vacantes con mano de obra de otras naciones.

“Si no le ponemos un alto ahora habrá un impacto en los empleos de la clase media”, agregó Fageaux, quien cree que el gobierno federal debe jugar un rol más activo en este debate.

Las diferencias salariales y los ahorros en prestaciones laborales motivaron a corporaciones como JP Morgan Chase y Expedia a contratar empresas filipinas para atender sus centros de llamadas. Con más de 400,000 telefonistas, Filipinas ya desbancó a India, que había estado a la vanguardia en ese sector.

Otras, como la compañía de televisión por cable Time Warner Cable, con 14 millones de subscriptores, refieren sus llamadas telefónicas en español a una agencia con sede en la Ciudad de México.

“A corto plazo ganan las empresas porque ahorran un poco de dinero, pero a largo plazo perdemos todos”, expuso Víctor Gordo, asesor legal de la Coalición de Sindicatos de Los Ángeles. “La economía de Estados Unidos depende de los empleos bien remunerados y mientras los estemos enviando a otros países habrá menos actividad comercial aquí”, agregó.

“Nos estamos matando nosotros mismos”, recalcó Gordo, también concejal de Pasadena.

En esa ciudad surgió uno de los casos más controversiales del outsourcing, cuando en 2007 el editor del sitio en internet Pasadena Now, James MacPherson, decidió contratar a dos trabajadores en la India para escribir historias locales y cubrir las reuniones del Concejo Municipal. Los sueldos anuales de sus colaboradores van de 7,000 a 12,000 dólares, por debajo del salario mínimo en California.

En los últimos dos años, el sindicato de Comunicadores de América (CWA) logró que AT&T regresara 5,000 plazas de Filipinas a EEUU, como parte de su fusión con T-Mobile, y que US Airways trajera 400 empleos de Manila a California, Arizona y Carolina del Norte. Una encuesta reciente del CWA concluyó que el 78% de los votantes ve negativamente los centros en el extranjero.

“Esta tendencia ha reducido las oportunidades de empleo y pone en riesgo la información de los consumidores”, dice el congresista Tim Bishop, autor de un proyecto que cancelaría fondos y préstamos a empresas que usen esta estrategia.

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