Violencia sube en El Cairo

Situación perdura pese a medidas de emergencias dadas por Mursi

Manifestantes egipcios  frente a vehículo de las fuerzas de seguridad en llamas, mientras  disturbios siguen en el  El Cairo, a pesar de las medidas de emergencias y toque de queda que ordenó el Presidente.

Manifestantes egipcios frente a vehículo de las fuerzas de seguridad en llamas, mientras disturbios siguen en el El Cairo, a pesar de las medidas de emergencias y toque de queda que ordenó el Presidente. Crédito: EFE

EL CAIRO, Egipto (EFE).— Los actos de violencia prosiguieron ayer en la capital y otras ciudades de Egipto, pese al estado de emergencia y el toque de queda impuestos por el presidente del país, Mohamed Mursi, en tres provincias del canal de Suez.

La situación parece haberse desbordado en el centro de El Cairo, donde una persona murió por las heridas sufridas durante los choques entre policías y manifestantes en las inmediaciones de la plaza Tahrir.

El cercano puente de Qasr al Nil y parte de la margen derecha del río Nilo volvieron a ser escenario de una batalla campal con el lanzamiento de piedras y gases lacrimógenos.

En medio de un ambiente cargado de tensión, varios efectivos de las fuerzas del orden resultaron heridos por los manifestantes, que también incendiaron un vehículo blindado de la policía.

Coincidiendo con el aniversario del denominado “Viernes de la Ira”, una de las jornadas más sangrientas de la revolución de hace dos años, los disturbios se impusieron sobre cualquier intento de manifestación pacífica.

Miles de personas se congregaron en Tahrir en protesta contra Mursi y la violencia, horas después de que los opositores marcharan con ese mismo objetivo hacia el Parlamento y recordaran a los fallecidos desde la revolución en un rezo colectivo.

Mientras, otras tres personas murieron ayer por las heridas sufridas en los recientes choques de Port Said, intensificados tras la condena a muerte de 21 acusados por la masacre de hace casi un año en el estadio de futbol local, lo que elevó a cuarenta el número de muertos en esa localidad del noreste del país.

La ola de violencia que desde el viernes pasado —cuando se conmemoró el segundo aniversario de la revolución— se ha cobrado la vida de medio centenar de personas en Egipto llevó ayer al presidente egipcio a imponer el estado de emergencia y el toque de queda en las vecinas provincias de Port Said, Suez e Ismailiya.

Algunos grupos juveniles anunciaron que desafiarán estas medidas excepcionales con nuevas manifestaciones nocturnas en las que expresarán su “ira” hacia Mursi y los Hermanos Musulmanes.

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